Fernando Acosta Riveros, ex colaborador de la Biblioteca Iberoamericana “Octavio Paz”
Hace hoy 42 años exactamente, me encontraba en la Ciudad de Lima, capital de Perú, alistando maletas para viajar hacia la Ciudad de México.
Era el martes 8 de septiembre de 1981, y, en la Embajada de México, ubicada en el elegante barrio distrito de San Isidro, me obsequiaron un ejemplar del periódico El Día, Vocero del Pueblo Mexicano, donde venía publicada una nota sobre Marcela Fernández Violante, directora de un documental sobre Frida Kahlo y de la película Misterio, reseñada también por Juan Bolita, un crítico de cine peruano que amaba a México y escribía en el diario Marka.
Tres días después, abordé en el aeropuerto internacional Jorge Chávez el avión de Aeroperú con destino a la capital mexicana. Llegué como Asilado Político a la terminal aérea Benito Juárez García el día sábado 12 de septiembre de 1981, a las 6:05 de la mañana.
Apoyado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) y por decreto del Poder Ejecutivo mexicano, gracias a la respuesta del entonces presidente José López Portillo y Pacheco a una carta que le escribí, solicitándole Asilo Político y agradeciendo el refugio y apoyo que México ha otorgado a perseguidos españoles, chilenos, uruguayos, argentinos, paraguayos, colombianos, salvadoreños, guatemaltecos, etcétera.
“Joven Fernando Acosta Riveros, bienvenido a México. Aquí usted es un hombre libre”, me dijo el funcionario de la Secretaría de Gobernación en una sala de protocolo del aeropuerto de la Ciudad de México.
Cuarenta y dos años en México. Disfrutando de la libertad, el aprendizaje, el trabajo, y, sobre todo, del amor y de la amistad del pueblo de México durante. Me hice mexicano por amor y costumbre.
Hasta Guadalajara, Jalisco y desde Bogotá, la capital colombiana y Pereira, bella capital de Risaralda, que quiero entrañablemente, he recibido publicaciones: diarios, libros, revistas, documentos que me sirvieron para ayudar a fortalecer la presencia de Colombia en México, mediante artículos en diarios, entrevistas en radiodifusoras, conferencias, presentaciones de libros y conversaciones acompañadas de aromático y bendito café de grano.
Desde diferentes escenarios académicos, cinematográficos y periodísticos mexicanos, he palpado la solidaridad de México con Colombia. En la Ciudad de México, en los periódicos El Día y La Jornada; en Guadalajara, los diarios El Jalisciense, en los años ochenta del siglo pasado y un poco más reciente en los noventa Siglo 21. También las entrañables radiodifusoras: XEJB, ahora conocida como Jalisco Radio y Radio Universidad de Guadalajara.
En la principal Casa de Estudio de Jalisco, la UdeG, siempre tuve la oportunidad, además de tener un bendito y emocionante trabajo entre libros, publicaciones periódicas, autoras, autores, diseñadores, editoras, de difundir las luchas del pueblo colombiano por una democracia participativa, y, ahora ese sueño despierto de trabajar por la paz total, emblema y tarea del nuevo gobierno que presiden Gustavo Francisco Petro Urrego y Francia Márquez Mina.
En el exilio mexicano se ha fortalecido la amistad entre México y Colombia. Guadalajara a través de las ediciones de la Feria Internacional del Libro, ha sido escenario para que personajes como el novelista y periodista Gabriel García Márquez conversaran sobre Colombia en su cultura literaria, así como en las luchas sociales plasmadas en publicaciones y en obra cinematográfica.
Aquí en Jalisco tuvimos la oportunidad de conversar con Sergio Cabrera, extraordinario director de cine, famoso por su película La estrategia del caracol.
Los talentos mexicanos y colombianos se unen. Un clarísimo ejemplo es el de Marcela Fernández Violante, alumna de García Márquez.
La obra de Marcela es conocida en Cartagena de Indias y Popayán. Las y los amantes del séptimo arte en las regiones de los departamentos de Bolívar y Cauca han disfrutado del cortometraje Frida Kahlo, la película Cananea sobre una huelga minera y el filme Misterio/Estudio Q, difundido y comentado a partir del año 1980.
A Marcela, mujer siempre comprometida y solidaria, le interesa el tema del exilio. Intentó hacer un documental sobre los niños de Morelia, que procedentes de la República Española llegaron a Michoacán, México, durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río.
Es así que cada vez se fortalecen más la amistad y la solidaridad de dos pueblos que se aman: el de México y el de Colombia, con actividades como la segunda edición del Festival de Cine Colombia Migrante 2023, una iniciativa liderada por organizaciones de víctimas de Colombia en el exilio.
Se trata de un festival que nace con la intención de visibilizar, generar lazos, construir comunidad y ser una herramienta de memoria simbólica y colectiva de la migración forzada colombiana.
El Festival se realizará de manera presencial en 41 ciudades del mundo y virtualmente a través de su sitio web durante la primera semana de octubre.
Cantadoras, documental realizado por María Fernanda Carrillo, será una de las funciones a proyectarse el 6 de octubre, a las 16:30 horas, en el Auditorio José Cornejo Franco, de la Biblioteca Pública del Estado, Juan José Arreola, en el marco del Seminario Desaparición y Resistencia y Festival de Cine Colombia Migrante que organizan el Departamento de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos (DEILA) y el Departamento de Sociología del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades.
Más información del festival puede consultarse en festivalcolombiamigrante.com