Aunque existen beneficios y logros en materia económica a nivel mundial gracias al desarrollo, en términos sociales hoy vivimos una vida más acelerada, conflictiva, donde los problemas de delincuencia son cada vez más relevantes, en un entorno marcado por la desigualdad social y abuso de los recursos naturales que han generado el cambio climático.
Este panorama es evaluado en el libro El fracaso del desarrollo y la opción por el buen vivir, de la autoría de Lizeth Sevilla y Alejandro Macías, investigadores del Centro Universitario del Sur (CUSur), el cual es el resultado de varios años de trabajo que tiene que ver con una evaluación sobre el impacto del desarrollo en el mundo a lo largo del siglo XX y XXI, donde identifican que los resultados son negativos en términos generales.
“Hay impactos económicos positivos, pero en lo que se refiere a la cuestión social y en especial al medio ambiente, las consecuencias han sido funestas, como se ve con el cambio climático y con otros daños que se le han hecho a la naturaleza”, explicó Alejandro Macías.
Ademas la publicación sigue la línea que han marcado varios intelectuales de América Latina y de otras partes del mundo respecto a la necesidad de establecer el dialogo de saberes, y la importancia que tiene el conocimiento de las poblaciones y las localidades respecto a los hallazgo científicos, ya que que lejos de ser secundario, debe haber un dialogo porque el conocimiento de estas comunidades, que muchos le llaman las ciencias alternativas, es fundamental si queremos resolver el problema ambiental que hoy vivimos.
“El libro contempla una serie de alternativas al desarrollo que se han ido implementando en varias partes del mundo, donde toman conceptos ancestrales de formas de vida, que por mucho tiempo fueron permeando las diferentes sociedades, que después se olvidaron con este embate del desarrollo occidental y ahora se están tratando de recuperar y adaptar a las condiciones actuales, y que tienen que ver con una crítica al modelo de crecimiento económico y de este modelo desarrollista que daña la naturaleza».
«Es retomar los principios básicos de una relación armónica entre el ser humano y el medio ambiente”
Compartió que el objeto principal del libro es la propuesta del buen vivir, una propuesta que surge de países andinos y amazónicos de América Latina, donde también retoman saberes ancestrales y tiene que ver con esta forma de relacionarse no sólo armónica y respetuosa con la naturaleza, sino también con una relación más solidaria y colaborativa entre los seres humanos y entre los diferentes grupos colectivos.
“Concluimos el libro con una propuesta que se está trabajando desde la Universidad de Guadalajara, que es el denominado practitorio comunidad y buen vivir y que tiene que ver con ir transitando hacia formas de vida más armónicas en las comunidades de la región”.
Consideró que existen posibilidades de salir adelante en la medida que cambiemos el paradigma, ya que aunque el cambio climático es cada vez más presente y muchas de sus consecuencias son irremediables, si queremos que el mundo sea habitable tenemos que implementar acciones.
“El libro propone que tengamos que buscar estos medios alternativos, que aunque no van a ir a desplazar el modelo de desarrollo y capitalista, pueden convivir con él y poco a poco generar un cambio de la mentalidad de la población. En zonas rurales es más fácil porque ellos conviven más con la naturaleza y saben la importancia de la misma. En zonas urbanas nos hemos perdido en un modelo de desarrollo que genera un bienestar artificial a cambio de grandes costos para nuestra generación y las próximas”.
La publicación de Ediciones Comunicación Científica, que de acuerdo a los autores no tiene que ser leída en un orden específico, está disponible de forma gratuita en internet, en el sitio: https://doi.org/10.52501/cc.034