Murales de José Atanasio Monroy recobran vida

PABLO MIRANDA GONZÁLEZ

Foto: Abraham Aréchiga

Se estima que en ocho semanas quedarán listas las dos murales ubicados en el edificio de Rectoría del CUCEI

Sobre los andamios, a unos tres metros de altura, Yolanda y Scarlet cuidadosamente toman una porción de cal y la untan entre las pequeñas fisuras de la pared. Poco a poco el mural Paz y trabajo de José Atanasio Monroy va sanando las pequeñas heridas causadas por el tiempo, y en ocho semanas quedará listo tras un proceso de conservación y restauración.

 

Ubicados en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), los murales Paz y trabajo Los años 70, del pintor José Atanasio Monroy, están siendo sometidos a un proceso de estabilización y conservación con los que se busca mejorar sus condiciones, explicó el  Gustavo Alemán Castañeda, restaurador del proyecto.

 

El especialista de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO) detalló que luego de un análisis de estas obras, se determinó iniciar con los trabajos para estabilizar las áreas que pudieran presentar deterioro. 

 

A estas zonas se les aplicará un material especial para cubrir y resanar las imperfecciones de la pared. Posteriormente, el equipo de restauradoras iniciará con la reintegración de colores en aquellas áreas que han sido intervenidas.

 

“Ya hicimos limpieza en seco, limpieza química en húmedo, hicimos proceso de fijado y eliminamos sales en un par de zonas. En este momento el equipo de restauración se está encargando de la parte del resane; una vez que toda la zona quede estable, iremos a la parte de reintegración de color”, mencionó.

 

Estos murales se localizan en el edificio de Rectoría del CUCEI; sin embargo, anteriormente el inmueble era la entrada principal de la Escuela Vocacional de Guadalajara, lo que pudo contribuir al deterioro debido a la exposición en la zona. Asimismo, las vibraciones provocadas por el flujo vehicular de las avenidas cercanas también pueden ser un factor que genere daños en los murales, añadió el especialista.

 

“Vamos a intentar recuperar la parte visual que se vio alterada con intervenciones anteriores. Se aplicaron resanes y color, sin embargo, éstos ya se alteraron de alguna manera con el paso del tiempo, sobre todo el color”, dijo Alemán Castañeda.

 

“Algunos resanes no cumplen con la textura que tiene el resto del mural, son zonas visibles a simple vista y llaman mucho la atención; hay que trabajar con ellas e integrarlas de mejor manera para que no llamen tanto la atención y tengamos una apreciación completa y limpia de la imagen”, destacó el restaurador.

De lunes a viernes, las restauradoras Yolanda y Scarlet se arman con sus arneses para subir a los andamios y acercarse a los murales de Atanasio Monroy. En cada jornada invierten hasta ocho horas trabajando en las alturas, mientras alumnos, profesores y empleados pasan contemplando la restauración.

 

“Además de ser un excelente pintor, también retrata las problemáticas sociales a inicio de siglo, y hasta 1970. En el mural Los años 70 habla de una temática posguerra de Vietnam y de la Guerra Fría. Es un retrato interesantísimo de lo que pasaba en el país”, explicó Gustavo, mientras señala los trazos que dejó Atanasio Monroy.

 

En la pared del lado oriente, el mural Los años 70 hace referencia a las consecuencias de la Guerra de Vietnam, la Guerra Fría, la cultura hippie, la pobreza y la riqueza.

 

Del lado poniente, Paz y trabajo es una estampa que retrata dos realidades a las que se enfrenta la sociedad: por una parte, se representa el trabajo, la educación y el progreso, pero también hay atisbos de muerte, guerra y armas en el lado opuesto del mural.

 

Estas dos obras se complementan con el mural La Constitución de 1917, que se localiza en el mismo edificio, pero en la parte norte del inmueble, en las escaleras que llevan a la primera planta. Se prevé que este mural sea intervenido en otro proyecto, debido a sus condiciones particulares.

 

“Los procesos que estamos trabajando de conservación y restauración están enfocados en devolverle la estabilidad a estas piezas”, informó Alemán Castañeda. 

 

“Si bien, aparentemente están en buena condición, sí tienen algunos problemas asociados tanto con el inmueble como con la ubicación, el paso del tiempo y el envejecimiento natural de los materiales”, puntualizó.

 

Alemán Castañeda precisó que el trabajo de restauración es arduo y debe ser constante para mantener las condiciones del patrimonio. Sin embargo, consideró que existe disposición para rescatar obras como la de este pintor jalisciense.

 

“Toda intervención tiene una vida útil: tendrá un inicio, un transcurrir, una alteración de los materiales a pesar de la mejor calidad y al final tendrán que ser intervenidos en algún momento. Ninguna intervención es para siempre”, concluyó el restaurador.

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