Los cascarones de huevo son la materia prima que dos alumnos del Centro Universitario de los Altos (CUAltos) utilizan para fabricar plástico ecológico dentro del proyecto Polei.
El material obtenido serviría para fabricar macetas biodegradables, además de platos, vasos y cubiertos desechables, informó Luis Enrique Angulo Orozco, estudiante de décimo semestre de Medicina Veterinaria y Zootecnia del mencionado núcleo universitario.
Las macetas pueden utilizarse en invernaderos o viveros, y, cuando sea vendida una planta, el comprador puede trasplantarla con todo y maceta, ya que el bioplástico funciona también como fertilizante orgánico. El bioplástico se va a empezar a biodegradar al momento de enterrar las raíces.
La fabricación del bioplástico es económica, ya que una porción viable para hacer un plato desechable cuesta alrededor de setenta centavos cuando la fabricación es casera.
Lo que quieren los estudiantes Luis Enrique Orozco Angulo y Katia García Iñíguez, quien estudia también en décimo semestre de Medicina Veterinaria y Zootecnia, es industrializarlo y hacer más eficiente el proceso para bajar aún más costos de producción.
El plástico obtenido por los estudiantes es una combinación de cinco ingredientes, entre ellos el cascarón de huevo, que le proporciona firmeza y más biodegradabilidad.
El bioplástico puede biodegradarse en menos de dos semanas, y cuando la consistencia es más firme, empieza a hacerlo después de tres meses, dijo Angulo Orozco, quien añadió que también puede biodegradarse en medio acuoso.
El producto puede ser muy comparable en resistencia y fuerza con el unicel, aunque es sensible al calor, características que serán corregidas para retardar el proceso de degradación ante cambios de temperatura utilizando protectores ecológicos.
La fabricación de este material biodegradable es importante en un contexto donde se producen alrededor de 300 millones de toneladas de plástico en el planeta, de las cuales ocho millones acaban contaminando mares y océanos.
De seguir las tendencias actuales, para el año 2050 habrá 30 toneladas de plástico por persona en el mundo, lo que es alarmante, dijo, y añadió que no se recicla ni el 30 por ciento del plástico que se utiliza.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente la invasión de mares y océanos por plástico es uno de los principales problemas ambientales del planeta.
El proyecto inició como una idea hace dos años a raíz de la Feria Internacional del Huevo, que se realiza en Tepatitlán de manera anual, ya que los Altos de Jalisco es una zona considerada una de las principales productoras de huevo a nivel nacional. El sector avícola de Jalisco aporta el 55 por ciento de la producción para plato en México.
Los estudiantes están interesados en conseguir maquinaria adecuada y financiamiento para su proyecto, aprovechando como materia prima los desperdicios de la industria en la región, con lo que podrían producir entre 5 mil y 6 mil piezas diarias del producto.