Campesinos sin ganancias con ley de bioenergéticos

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En bioenergéticos “México está muy lento”, aseguró el especialista Rubén Sanjuán Dueñas, adscrito al Departamento de Celulosa y Papel, del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), quien agregó que la nueva ley sobre la materia no se traduce en mayores beneficios para los auténticos campesinos, y en contra parte favorece al productor y al comercializador, es decir, a los empresarios.
Hace 30 años inició Brasil con la producción, almacenamiento, comercialización y distribución de bioenergéticos, y le siguió los pasos Estados Unidos. A tres décadas de que Brasil pusiera el ejemplo, el Senado de la República aprobó en diciembre pasado, con 92 votos a favor, dos en contra y cuatro abstenciones, la Ley de promoción y desarrollo de los bioenergéticos.
En relación con el marco jurídico “República Dominicana está mejor que México, ¡imagínese!”, expresó el académico. Asimismo, dijo que “en esta ley será diferente a lo que hoy ocurre con Petróleos Mexicanos (Pemex). Ahora habrá inversión privada y fomentarán las plantaciones masivas, con el propósito específico de producción de biocarburantes. Se abre una muy buena oportunidad para los empresarios. El gobierno sólo va a regular, no producirá ni tendrá el monopolio, como lo tiene actualmente con Pemex”.
Añadió que la ley se queda corta, al no llevar el beneficio a los campesinos de lo que será la producción, almacenamiento y comercialización de los biocombustibles. “Deben estar incluidos los dueños de la tierra, los campesinos, los que generan la biomasa. Esa es una limitante. Sólo tendrán beneficios en la producción, y lo demás se lo sueltan a la iniciativa privada”.

¿Los grandes beneficiarios de esta ley serán los comercializadores y los distribuidores, que serán los empresarios?
Los empresarios ganarán, mientras se aseguren del abasto de la materia prima [campesinos].

¿Y el gobierno qué gana?
Le gana la batalla a una problemática social, y yo creo que el gobierno no tardará mucho en establecer un nuevo impuesto en plantaciones comerciales con fines específicos bioenergéticos en la cadena productiva. También ganará en la producción, porque cualquier empresa que transforme, ahí estará el gobierno devengando un impuesto.
Brasil y Estados Unidos son los dos principales productores de biocombustible, aunque el primero a partir de caña de azúcar, y el segundo, de maíz. Estados Unidos tiene excedente de maíz. No pone en riesgo alimentario a su población, comentó Sanjuán. En el caso de Brasil, “las bondades de la caña de azúcar son mucho mejores que las del maíz, y con esa situación plantan en forma masiva caña de azúcar”.
El profesor investigador agregó que bajo el principio de garantizar la alimentación de la población, “la demanda interna nacional no es cubierta con la producción nacional. Al gobierno le va a explotar tarde que temprano un problema de estabilidad de precios en el maíz, o en su caso invertir mucho dinero en subsidios. Entonces, está expresado en esta ley que primeramente se deberá dar abasto a las necesidades alimentarias a partir del maíz”. Es decir, con esta semilla no se harán bioenergéticos.
El Senado aprueba dicha ley tres meses después del informe presidencial de septiembre pasado, en el que Felipe Calderón aseguró que México sólo tiene reservas petroleras para nueve años.
La Ley de promoción y desarrollo de los bioenergéticos pretende desarrollar formas diversas de obtener combustibles que no sean procedentes de hidrocarburos.
Unos días después de que el Senado aprobara la ley de biocombustibles, el secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Alberto Cárdenas Jiménez, anunció en conferencia de prensa que la caña de azúcar podría ser el principal cultivo que se utilice para la producción de etanol en México.
Dijo que entre un 30 y 50 por ciento de etanol podría producirse a partir de la caña de azúcar, y el resto de otros cultivos, como la yuca, la remolacha, el sorgo dulce y la higuerilla.
Cárdenas Jiménez agregó que el gobierno presentará en los primeros 40 días de 2008, el programa que ejecutará el país para desarrollar bioenergéticos como etanol y biodiesel.
El apartado de consideraciones de la Ley de promoción y desarrollo de los bioenergéticos establece en algunos de sus párrafos: “Que es necesario promover la agroindustria nacional a partir de la instalación de plantas para el procesamiento de los productos agropecuarios, que pudieren ser empleados en la producción de bioenergéticos, así como fomentar la creación de cadenas productivas relacionadas con los biocombustibles impulsando la producción, tecnificación, comercialización y el empleo”.
“Ampliar el uso de energía renovable en forma de biocarburantes en nuestro país, a través de una serie de mecanismos de política pública y propiciar el desarrollo de la agroindustria nacional, incorporando al campo mexicano al sector energético.
“Buscar esquemas de comercialización que permitan a esta actividad ser competitiva y rentable en beneficio de los agentes que en ella intervienen, y principalmente sea un detonador del desarrollo rural de nuestro país.
“Que los beneficios que traería la creación de agroindustrias, representarían aumento en la demanda de materias primas generadas a partir de las actividades agropecuarias y forestales, de procesos biotecnológicos, así como de otras actividades que provean biomasa como las algas.
“Que con los elementos antes mencionados, se busca alcanzar un mejor desarrollo rural para los actores del campo, reflejado en mayor rentabilidad, menores riesgos, permanencia y crecimiento de sus explotaciones.
“Que para el sector privado también generará grandes oportunidades, como diversificación de la agroindustria, valor agregado a los subproductos, alternativas a nuevos mercados y financiamientos de inventarios, así como el desarrollo y difusión de nuevas tecnologías.
“Que tenga como fin último el crecimiento y bienestar de la población en general, pero más aun, a la gente del campo”.

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