En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto) y el Día Internacional de la Juventud (12 de agosto), destacamos la voz y perspectiva de Carlos Trinidad Roblada, un talentoso artista originario de la comunidad de Ayotitlán, en Cuautitlán de García Barragán y estudiante de la Licenciatura en Artes del Centro Universitario de la Costa Sur.
Carlos no sólo se distingue por su habilidad en la pintura, sino por su compromiso como promotor cultural y defensor de los pueblos indígenas.
Desde temprana edad mostró un interés innato por el arte. «Soy un loco soñador«, menciona al recordar su infancia en San Miguel, donde nació en diciembre de 1997. Su pasión por el dibujo se despertó a los cinco años al observar las imágenes peregrinas que llegaban a su comunidad, inspirándolo a crear sus propias obras y dando inicio a una trayectoria autodidacta.
Actualmente cursa el quinto semestre de su carrera y ha encontrado en la academia un espacio de crecimiento y aprendizaje. «Antes de estudiar, yo era de los que empezaba un cuadro y quería terminarlo rápido. Ahora, gracias a mi maestra, estoy aprendiendo a tener paciencia, a concentrarme más y a disfrutar del proceso», comenta. Esta experiencia le ha permitido combinar sus conocimientos ancestrales con su formación académica, enriqueciendo su arte con una perspectiva única.
Carlos además de dedicarse a la pintura es un activo miembro del grupo autónomo «Sentilistli telpolkamej tlen molinia,» dedicado a la preservación de las danzas autóctonas y otras tradiciones culturales de Ayotitlán.
«Somos jóvenes que hacemos esto desde el corazón, sin apoyo gubernamental,» destaca. Junto a sus compañeros, han logrado rescatar danzas tradicionales como las de los «Paisas» y los «Negros,» luchando contra el olvido impuesto por políticas de asimilación cultural del pasado.
Él además ha representado a su comunidad a nivel nacional en varias ocasiones, siendo un ejemplo de resiliencia y esperanza para otros jóvenes indígenas. Reflexionando sobre los desafíos que enfrenta la juventud indígena, Carlos destaca la importancia de la educación y la preservación de la cultura como pilares fundamentales para el orgullo y la identidad indígena.
En cuanto al papel de la tecnología, Carlos reconoce sus beneficios y desafíos, destacando que aunque la tecnología ha permitido rescatar y preservar elementos culturales, es crucial mantener un equilibrio para no perder la conexión con las raíces y tradiciones ancestrales. «Los jóvenes aquí se han enseñado a tener su momento, un rato con el celular y otro en el convivio. Prefieren muchas veces sus propias raíces que estar en internet».
En este mes de agosto, Carlos Trinidad Roblada recuerda la importancia de celebrar y valorar las culturas indígenas, invitando a todos a participar en eventos culturales y a amar la diversidad que enriquece a México y al mundo.
Su mensaje final es claro: «Nunca dejen de luchar por sus sueños. Ser indígena es un sinónimo de orgullo y fortuna que nuestros ancestros nos dieron. Participen en eventos culturales, amen la cultura mexicana, y disfruten cada momento. Esto traerá buenos resultados psicológicos y contribuirá a la preservación y valoración de las culturas indígenas.»