César Enríquez

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El borrachín de pulquería, la china poblana ingenua y enamoradiza, el líder sindical panzón y mentiroso, el indio ladino, el abusivo cantinero gachupín, el político ladrón y el peladito de barrio, son algunos de los estereotipos que se construyeron en el teatro de carpa durante el porfiriato, y que se enriquecieron en el periodo postrevolucionario para brincar de “las tablas” al cine. Cien años después, el teatro de cabaret recupera vigencia gracias a la evidente crisis social y política que atravesamos. Con ese impulso la Compañía Perspectiva Escénica presenta el 1er Festival de Cabaret Guadalajara, que se celebrará del 9 al 25 de febrero en sedes como el Conjunto de Artes Escénicas y será inaugurado con el espectáculo Prietty Guoman, creado por César Enríquez, uno de los artistas escénicos que mayor impulso han brindado al género en los años recientes.

El teatro mexicano tiene un poderoso puntal en el teatro de carpa y en los personajes que salieron de ahí para marcar la historia de la escena nacional. Sobre este nuevo aliento que vive el cabaret, César Enríquez apunta:

“Es un género que nos pertenece, el cabaret que viene de la carpa mexicana nos explica perfectamente. Desconocido por muchos durante algunas décadas, a partir de los años noventa el cabaret recobra fuerza para tocar temas sociales y políticos de gran importancia. Qué bueno que Guadalajara se sume a esta tendencia, cuando las carteleras de diversas partes del país contemplan espectáculos y festivales de este género. El cabaret tiene que estar porque es la piedra en el zapato, la cachetada con guante blanco que inflamó de rebelión al pueblo en la Revolución mexicana. Ahora el género renace cuando las cosas en el país van tan mal. El cabaret no sólo busca criticar y tomar postura, sino hablar, encontrarnos para dialogar”.

Luego del espectáculo Eunucos, castratis y cobardis en el que Enríquez hacía duros señalamientos a conductas sociales como la corrupción y su presencia histórica en México, el creador da vida a la Prietty Guoman, sobre la que afirma:

“Esta pieza me permite hablar —desde el humor— del derecho a ser diferente en una sociedad inquisidora. México tiene altos índices de discriminación y la sexual es una de las más fuertes. Decidí trabajar con un personaje transexual porque representa a uno de los sectores más abusados. En México no importa cuán moreno seas, de cualquier forma discriminarás al más oscuro que tú. Así, la Prietty es un personaje límite: oscura, transexual y prostituta, decide renunciar al guión cultural impuesto para escribir su propia historia. Por otro lado, lo bello de la obra es cómo empoderar a una mujer así. Ella es una mujer muy valiente y aguerrida que sabe enfrentar a la sociedad que todo el tiempo pretende lastimarla. Es un espectáculo de resistencia, de disidencia sexual. Habla de otras sexualidades, de otras maneras de ser mujer y de cómo se sigue matando por odio. La Prietty demuestra que no hay tema que no pueda o deba tratarse en el teatro. Desde el principio me planteé que el personaje tocara corazones y creo que eso se logra. La gente quiere ser su amiga, irse de fiesta con ella. Me interesa que a partir de la dolorosa catarsis de la risa, la gente la quiera”.

Activo siempre, César Enríquez prepara el estreno de su espectáculo Por jodidos y hocicones mataron a los actores, que será en abril en el Centro Cultural Helénico de la Ciudad de México, con el que recupera la historia del cabaret, del llamado teatro de jacal, para hacernos reír y pensar.

La programación completa del Festival de Cabaret Guadalajara podrá consultarse en la página de Perspectiva Escénica en Facebook

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