El huracán Patricia, catalogado como “el más potente de la historia de México”, y que golpeó el Pacífico mexicano en 2015 —y cuyos perjuicios fueron menores ya que las montañas lo debilitaron— ocurrió en octubre, mes en el cual estos fenómenos son menos frecuentes, pero más peligrosos.
El meteorólogo del Centro Universitario del CUCosta (CUCosta), Víctor Manuel Cornejo López, dijo que aunque especialistas de Estados Unidos previeron una menor actividad ciclónica en lo que queda de 2017 respecto a otros años, apuntó que deberán permanecer alertas y monitorear su surgimiento a fin de advertir efectos, ya que dichos “modelos son referencias, y no verdades absolutas”.
Durante octubre, la frecuencia de huracanes disminuye con relación a septiembre (ocurren entre dos y tres). Explicó que la mayoría de ciclones en el Pacífico tienen una trayectoria de oeste a noroeste, es decir, gradualmente se alejan de las costas, pero en octubre y noviembre recurvan, esto es, dan una vuelta y regresan hacia el continente.
La principal causa son las condiciones climáticas. Los frentes fríos generan una vaguada (o canal) de baja presión, que al coincidir con los ciclones desvía su trayectoria hacia tierra; cuando el ángulo es más cerrado los dirige a Michoacán, Colima o Jalisco, en tanto que si es más abierto, los envía a Sinaloa o la península de Baja California, agregó.
“Por lo tanto, sobre todo en Puerto Vallarta, es cuando más se pone atención a los organismos desde que nacen; normalmente las trayectorias de ciclones que han tenido efectos relevantes en esta región nacen en la zona del Istmo de Tehuantepec y luego, generalmente, se van hacia las islas de Revillagigedo”.
Ante el aumento de peligrosidad de los ciclones tropicales en el Pacífico durante octubre, el académico Cornejo López indicó que las unidades de protección civil municipales y estatales en la región ya conocen el riesgo, por lo que actúan de forma preventiva.
“Lo principal es que cuando surja un ciclón tropical, y posteriormente se convierta en depresión tropical, prácticamente un ciclón, se tiene que monitorear estrechamente para tratar de advertir con anticipación su trayectoria, fortaleza y efectos”, dijo.
Además, es necesario que la población permanezca atenta a las indicaciones del Comité Científico de Protección Civil de Bahía de Banderas, que encabeza la Universidad de Guadalajara y lo integran especialistas de varias dependencias gubernamentales.
“Aquí existe una buena estructura en cuanto a grupos de trabajo, y el primer grupo es de vigilancia o monitoreo de fenómenos peligrosos que activa los demás grupos conforme la contingencia”.
Pilar
Hasta el cierre de la presente edición de La Gaceta, se desarrolló Pilar. Esta tormenta tropical, al trasladarse pegada a la costa, generó lluvias en Bahía de Banderas y el sur de Sinaloa.
“De haberse alejado de la zona montañosa y avanzado en aguas más cálidas, lo más probable es que se hubiera desarrollado a huracán”, comentó el especialista.
Cornejo López apuntó que las precipitaciones pluviales en la costa seguirán en parte por los ciclones tropicales y la poca influencia del frío en la zona.
“De manera normal, el periodo de lluvias finaliza para los valles del interior de Jalisco a mediados de octubre, cuando el arribo de un frente frío pone fin al temporal de lluvias, pero en la zona costera no, ya que las masas de aire frío no tienen gran influencia”.
La temporada de ciclones en el Pacífico finaliza el 30 de noviembre.
Hasta la fecha se han presentado 18 ciclones, de los 16 que fueron pronosticados.
Kenna o Rosa, son algunos ciclones que en el pasadohan puesto en peligro a las poblaciones costeras. Además se presentaron en el mes de octubre, en el Pacifico.