Con la finalidad de discutir y compartir estrategias innovadoras que puedan guiar hacia una sociedad en crecimiento, equilibrada y sostenible, fue inaugurada hoy la III Cumbre Internacional del Hábitat de América Latina y El Caribe (CIHALC), en el Conjunto Santander de Artes Escénicas (CSAE).
El Rector General de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Ricardo Villanueva Lomelí, en su mensaje inaugural expresó que para esta Casa de Estudio, desde hace tiempo, el tema de la ciudad ha sido importante como objeto de estudio, y de ahí han resultado iniciativas de investigadores.
“Los seres humanos tenemos muy poco tiempo viviendo en ciudades; el tema de las ciudades como una forma de vida, aunque nos parece ya de lo más común, es algo que apenas estamos aprendiendo a hacer, y en gran medida lo hemos hecho muy mal, hemos echado a perder ciudades por no haber discutido previamente a la ciudad en sí misma. Qué bueno que en este espacio nos sentemos a discutir para construir mejor las nuevas ciudades”, comentó.
El Coordinador General de la CIHALC, Héctor García Curiel, dijo que la cumbre es una oportunidad crucial para abordar uno de los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo: la construcción de hábitats sostenibles inclusivos y resilientes para las sociedades.
“América Latina y El Caribe enfrentan desafíos únicos en cuanto al desarrollo urbano y la planificación territorial. Es por eso que este año hemos decidido que la temática sea construyendo alianzas y acciones en territorios en crisis”, declaró.
Habló de la importancia de reconocer la velocidad con la que las ciudades están creciendo, pues las proyecciones indican que para 2050 más de 80 por ciento de la población de América Latina vivirá en áreas urbanas, y este fenómeno pone en relieve los retos significativos que enfrentamos en términos de infraestructura, vivienda y servicios básicos.
“La cumbre nos brinda una plataforma para discutir y compartir estrategias innovadoras que pueden guiarnos hacia una sociedad en crecimiento, equilibrada y sostenible. Otro aspecto a abordar es la equidad en el desarrollo urbano, porque la desigualdad es una realidad persistente en nuestras regiones y se refleja en la forma en que se distribuyen los recursos, las oportunidades y la planificación urbana que debe ser inclusiva y garantizar que todos los sectores de la sociedad tengan acceso a los beneficios del desarrollo. Es un momento para reevaluar nuestras políticas y asegurar que el crecimiento y el progreso no dejen a nadie atrás”, aseveró.
El representante regional de ONU-Hábitat, Elkin Velásquez, dijo que América Latina y El Caribe tienen los ojos puestos en conversaciones como las de la cumbre, que permiten seguir creciendo como comunidad de trabajo en los temas del desarrollo urbano sostenible, además de que ha permitido consolidar y sistematizar posiciones latinoamericanas para contribuir al foro urbano mundial.
“Derecho a la ciudad e inclusión social esa es la motivación principal, y hay desafíos fundamentales a cuyas soluciones podemos aportar, como la inclusión social que tiene que ver con la nueva agenda urbana y con no dejar a ningún barrio atrás, así como la construcción de capacidades institucionales y trabajar acompañando a gobiernos locales”, precisó.
Al finalizar la ceremonia inaugural se llevó a cabo la firma de un Memorándum de entendimiento entre los programas de la ONU para los asentamientos humanos y la UdeG, con el que de manera conjunta podrán abordar áreas específicas de la nueva agenda urbana.
Salud urbana global y política pública local
Los diversos problemas que se viven en las ciudades son los síntomas de las malas decisiones que se han tomado en materia de políticas públicas. La mañana de este lunes, en la Sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas (CSAE), científicos compartieron los contextos apremiantes que impactan en las sociedades como: la segregación urbana, la destrucción de zonas naturales, el mantenerse en guardia frente a las pandemias por virus y bacterias, etcétera.
El Director Científico de la cátedra Emprendimiento-Territorio-Innovación (ETI) en la Universidad de París IAE – Panteón Sorbona de París, Carlos Moreno, autor de la propuesta de “La ciudad de los 15 minutos”, destacó que desde hace 100 años “el petróleo, el caucho y el concreto fueron los elementos que le dieron forma a la ciudades”.
Esta situación ha hecho que la gente en las ciudades se vea segregada destinando tiempos de traslado absurdos. “Más de dos horas de transporte perturban mentalmente nuestra capacidad de vivir en buenas condiciones”, dijo.
“Hoy la forma de las ciudades es insostenible y produce muchas enfermedades físicas y mentales que se traducen en grandes malestares. Hoy nuestro bienestar integral está amenazado por nuestras propias formas de vida. Estamos en el continente donde 81.2 por ciento son habitantes urbanos”, añadió.
Citó estudios en los que muestra que la contaminación del aire (por automotores y fábricas) en las grandes ciudades está asociada con problemas de salud que se desarrollan a mediano y largo plazos; además de que están latentes amenazas de enfermedades físicas y mentales como la angustia.
“Las políticas tenemos que trasladarlas del cuidado al bienestar integral”, refirió el especialista, quien llamó a emprender visiones holísticas para enfrentar el cambio climático. Precisó que la ciudad ideal es aquella donde se puede vivir, trabajar, cuidar, aprender, divertirse y abastecerse a pocos minutos de distancia a la redonda.
La Directora y fundadora de Healthy Cities y profesora de Urbanismo y Salud, de la Universidad Politécnica de Cataluña, Marta Rofin Serrá, recordó que el impacto de la contaminación del aire, el ruido, el calor, la falta de áreas verdes se traduce en estrés y problemas de salud en las personas.
“Hoy 20 por ciento de las muertes prematuras podrían evitarse siguiendo las recomendaciones de la OMS (áreas verdes, conectividad). La gente antes moría de enfermedades transmisibles, pero hoy son las crónicas no transmisibles asociadas con falta de actividad física”, indicó.
Los determinantes de la salud, expresó la académica, también son urbanos, por lo que la labor de arquitectos y urbanistas es considerar varios aspectos, puesto que los barrios y ciudades con índices socioeconómico bajos son también los que tienen pocas áreas verdes, hay menos caminabilidad y más acceso a comida basura.
“Desde el urbanismo, aplicando la perspectiva de salud a planes y proyectos, podemos generar salud. Conectar las calles puede tener una gran importancia, en la decisión de las personas de seguir andando o no a algún sitio”, recalcó.
Mencionó que luego de hacer un estudio en la ciudad de Rotterdam, Países Bajos, han comparado los barrios en cuanto a conectividades, densidad y zonas verdes. “Encontramos que entre menos zona verde hay más personas con diabetes; donde hay menor conectividad, hay más sobrepeso”, informó.
Esos mapas que apuntan a contextos de salud de los habitantes, aseguró, no suelen considerarse cuando se hacen proyectos urbanísticos; por consiguiente, recalcó que es importante tenerlos en cuenta.
El Director del Global Health Institute (Instituto de Salud Global) de la Universidad de Wisconsin-Madison (UW-Madison), Jorge Osorio, añadió que es importante pensar en el concepto de “una sola salud (one health)”, que involucre la salud humana, la salud ambiental, la salud de las plantas y la salud animal.
“Desde la UW-Madison trabajamos en la implementación de centros de una sola salud en diferentes partes del mundo, donde se involucren varias disciplinas para atender temas de salud global. Avanzar con temas para la universidad, pero también para la industria y mejorar las capacidades locales, y prepararnos para futuras pandemias”, dijo.
Recordó que el COVID-19, la influenza aviar (que incluso ha afectado a los bovinos), así como enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, chikungunya y oropouche, son efectos del cambio climático. Y como tal, no se puede atender dichas situaciones sólo desde un frente, sino que debe ser multidisciplinario.
“Mi propuesta es cómo establecer programas pilotos en salud urbana y One health, pues es importante que participe la academia, el gobierno, el sector privado y la comunidad. Con actores importantes como la Universidad de Guadalajara (UdeG) podemos crear programas de vigilancia epidemiológica y salud ambiental”, expresó.