Las ciudades son agentes capaces de transformar la agenda política mundial, la agenda urbana y acelerar los procesos; y cuando se construyan ciudades prósperas e incluyentes la humanidad va a progresar; de ahí la importancia de transitar hacia los acuerdos de una nueva agenda urbana.
Esto lo expresó el Exdirector de Investigación e Innovación, del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HÁBITAT), Eduardo López Moreno, en la conferencia “La implementación de la nueva agenda urbana a escala global”, que formó parte de las actividades de la Cumbre Internacional del Hábitat de América Latina y El Caribe (CIHALC) 2022, impartida en la sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas (CSAE).
“En el año 2050 cerca de 70 por ciento de la población vivirá en ciudades y su densidad, proximidad, sus economías de aglomeración y el espacio mismo son un vector de cambio; pero el éxito de las ciudades depende de cómo las veamos y de las políticas que podamos implementar sobre éstas”, indicó.
En el segundo día de la cumbre, en las instalaciones del CSAE del Centro Cultural Universitario de la UdeG, López Moreno explicó que, derivado de un trabajo realizado sobre las ciudades del mundo, presentaron dos escenarios como resultado de la pandemia: uno negativo, donde calcularon que la pobreza puede aumentar hasta 32 por ciento, que equivale a 213 millones para el año 2030, donde habrá mayor exclusión y las ciudades pueden llegar a perder la mitad o dos terceras partes de sus ingresos, además de que se generarán nuevos conflictos, habrá nuevas pandemias y aparecerán nuevas vulnerabilidades sociales, económicas y de salud.
El segundo escenario, dijo: “Necesitamos instaurar un escenario optimista de reducción de desigualdad y pobreza y aumento de productividad, desarrollo económico incluyente; donde podamos invertir en forma sostenible, promover energías limpias, proteger ecosistemas, darle cabida al cambio climático y a la salud pública”, señaló.
Para construir un futuro urbano más incluyente, más verde, más seguro y más saludable, López Moreno propone diez puntos a desarrollar: el primero es reafirmar el papel de las agendas urbanas, ya que es necesario adaptarnos al cambio, electrificar el transporte, replantear el uso del agua en las ciudades, ya que la nueva agenda urbana es una ruta crítica.
“Necesitamos vivir y construir la nueva normalidad, que será la casa que habitemos en un futuro siempre en construcción; necesitamos que los datos hablen por nosotros, que las políticas se construyan sobre esos datos y que podamos establecer una ruta crítica entre lo que aprendemos, sabemos y cambiamos”, subrayó.
Las ciudades no cubren los requisitos de hábitat
La ciudad no es hábitat, ya que no cubre los requisitos en este rubro de una población de homo sapiens, porque los recursos de energía vienen de afuera en su totalidad, expresó el Director del Museo de Ciencias Ambientales (MCA) de la UdeG, Eduardo Santana Castellón, al impartir la conferencia “La ciudad no es hábitat. ¿Cómo lo logramos?”, dentro del segundo día de actividades de CIHALC 2022.
“En la historia de los seres humanos, donde ha habido muchas especies, de hecho, somos un híbrido de tres especies, la ciudad representa el 0.02 de nuestra existencia; no hemos evolucionado en ciudades, no sabemos vivir en ciudades, ese es el gran reto civilizatorio porque aquí está el poder político, militar, económico, científico; aquí es donde la evolución cultural ocurre más rápido”, apuntó.
Dijo que es en la ciudad donde aprendemos a ser tolerantes ante gente de otras nacionalidades, razas, preferencias sexuales y religiosas.
“El urbanista va a definir el futuro de la naturaleza y el futuro del campo, pero sufre de un déficit de naturaleza; el urbanista, a veces, es el más ignorante de cómo su ciudad depende de la naturaleza para no colapsar”, subrayó Santana Castellón.
Explicó que “las ciudades cubren 3 por ciento de la superficie terrestre, consumen 78 por ciento de la energía, producen 50 por ciento de los gases de efecto invernadero, generan 80 por ciento del Producto Interno Bruto y en ellas está el mayor número de población que sufrirá por el cambio climático”, señaló.
Durante su exposición explicó en qué consiste el proyecto del Museo de Ciencias Ambientales: creado hace 12 años, integra cinco tipos de instituciones y tres tipos de museos, entre los que destacan un instituto de investigación, una escuela preparatoria, un centro de desarrollo comunitario, un parque urbano verde, un centro interactivo de ciencia, un museo de historia natural y un museo de antropología e historia.
“Somos un museo universitario en un centro cultural que provoca vivencias significativas sobre lo vivo y el futuro para comprender la ciudad e inspirar la conservación de la naturaleza que la sustenta”, precisó.