Historia. La familia de pescadores, que en algún momento de su vida vivió una situación precaria, tiene la oportunidad de matar una tortuga y vender su carne. Por azares del destino no la matan en el momento y descubren que estos animales lloran. A partir de entonces viven una catarsis y no pueden seguir matando tortugas, ni pescando, y se vuelven ambientalistas. Ahora ellos tienen un grupo que se dedica a la conservación de la tortuga. Producción. Llevamos cerca de siete años haciendo la película. En 2015 conocí a Cosme, el padre de la familia, y a Mónica. Entonces empezó la idea, platicamos con ellos, elaboramos la historia. Fue en 2018 que ganamos el Foprocine y después de la pandemia grabamos, en 2021. Activismo desde el cine. No me considero activista, ni pensé que los documentales que hago sean un factor de cambio. Yo hago documentales para aprender sobre cosas que no conozco y que otros aprendan, pero el tema jala. Ahora estamos en el programa Googpitch, donde estamos elaborando una campaña de impacto alrededor del filme, entonces el documental promueve y hace cambios. Multipremiado. Fueron una sorpresa los tres premios. En sí el objetivo de Doculab no son los premios, sino participar en esta sección del festival para que las películas avancen, las vean y las diseccionen. Lo que más me llevo es el aprendizaje de la familia Becerra Esquer, esta familia ambientalista, es lo que más me llevo de este documental.