Construir ciudades y entornos sostenibles y saludables no sólo es responsabilidad de los gobiernos, sino también de las y los ciudadanos, para que se involucren, propongan y exijan soluciones a fin de garantizar un crecimiento en hábitats que cumplan los objetivos de desarrollo de las agendas urbanas.
Así lo consideró el Coordinador General de la Cumbre Internacional del Hábitat de América Latina y El Caribe (CIHALC), arquitecto Héctor García Curiel, luego de tres jornadas de actividades en las que especialistas analizaron y debatieron acerca del futuro de las ciudades y las formas para optimizar su desarrollo.
“Como sociedad civil debemos de ser ese factor de cambio; si nosotros no hacemos lo propio, difícilmente el cambio va a ocurrir aunque tengamos leyes, reglas y normas. Es desde nosotros desde donde debe surgir, y se trata de propuestas, de actitudes, de tener una vida mucho más sana y reconstruir el tejido social”, subrayó.
Este encuentro se desarrolló bajo la temática “Construyendo alianzas y acciones en territorios en crisis” a lo largo de tres días, en los que especialistas en urbanismo, salud, leyes, territorio y ciudades se congregaron en el Conjunto Santander de Artes Escénicas (CSAE).
En esta tercera edición participaron más de 270 ponentes internacionales, y se estima que hubo una asistencia de alrededor de cuatro mil personas durante toda la cumbre.
García Curiel agregó que uno de los temas centrales fue cómo desarrollar a las ciudades sin descuidar la salud de sus ciudadanos, y planteó que se trata de un problema urgente a tratar en Latinoamérica y El Caribe.
“Estamos priorizando este tema de salud urbana. La salud global es uno de los puntos que requieren mayor atención porque vemos a diario la violencia, los altos niveles de estrés y la ansiedad que vivimos en las ciudades”, aseveró.
Enfatizó que los diálogos y conclusiones que resultaron se pondrán a discusión en el próximo Foro Urbano Mundial 2024, a desarrollarse en noviembre en El Cairo, Egipto.
Impulsar a las nuevas juventudes
Los escenarios en México son poco favorables para las y los jóvenes, por lo que es deber de las instituciones y el gobierno convertir estos contextos en oportunidades de desarrollo; en esto coincidieron especialistas del panel “Juventudes y Agenda 2030” en la CIHALC.
El Vicerrector de la UdeG, Héctor Raúl Solís Gadea, compartió que las condiciones actuales del planeta se ven reflejadas en las pocas oportunidades que hay para las y los jóvenes en distintos ámbitos.
“Estamos en un momento de pesimismo geopolítico y en un pesimismo cultural; han surgido nuevas identidades, nuevas reivindicaciones, deseos de reconocimiento”, afirmó.
Recordó que aunque han existido cambios históricos y políticos, son las y los jóvenes quienes tienen la posibilidad de plantear cambios en las sociedades.
El Coordinador residente de ONU en México, Peter Grohmann, manifestó que el acercamiento con estudiantes se ha convertido en una oportunidad para conocer sus necesidades y replantear cuáles son las estrategias para garantizar el cumplimiento de los objetivos de desarrollo.
“La idea es que las y los universitarios generen buenas prácticas de cómo llegar a un mundo más sostenible, y ahí encontraremos un punto en común, porque este mundo es más que todo para ustedes y no solamente es un tema para el futuro, es un tema que debería ser también para el presente”, mencionó.
Luisa Fernanda Carrillo, Consejera de arte y cultura de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), lamentó que las necesidades de las y los jóvenes sean desplazadas, y consideró que es necesario voltear a ver a este sector para garantizar la construcción de un futuro más sustentable y sano.
“Sí, somos un sector vulnerable, pero tenemos nuestras particularidades. No existe una política pública o una acción gubernamental que resuelva todas las inquietudes de los jóvenes porque es un problema de magnitudes enormes y no todas las personas jóvenes somos iguales”, sostuvo.