COVID-19: secuelas cardiovasculares en población joven

Expertos hablan de enfermedades vasculares y pulmonares después de la infección por el virus del SARS-CoV-2

La variante ómicron del COVID-19, a la que muchas personas no le dan importancia y relacionan con una gripa ligera, ha dejado más secuencias cardiovasculares sobre todo en población joven, afirmó Bernardo Martín Rivera Linares, médico adscrito al Servicio de Cardiología del Hospital Civil de Guadalajara (HCG) Dr. Juan I. Menchaca, en el panel “Enfermedades cardiovasculares y pulmonares en época de pandemia: principales secuelas post COVID-19 en jóvenes”, en el auditorio central, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).

Destacó que son frecuentes los casos post COVID-19 de pericarditis –hinchazón e irritación del tejido delgado en forma de saco circundante al corazón (pericardio)–. Y explicó que antes se afirmaba que a partir de los 45 años en el hombre, y 50 en la mujer, ya había que hacerse un chequeo preventivo cardiovascular, pero el COVID-19 ha venido a cambiarlo todo, por lo que se recomienda a los adultos jóvenes, a partir de los 35 años, que se hagan un estudio preventivo cardiovascular, sobre todo si tienen antecedentes familiares –papá o mamá que tuvo un evento cardiovascular–.

Ante este panorama es importante adoptar medidas preventivas para evitar el desarrollo o aceleración de enfermedades del corazón, y seguir el esquema de vacunación del COVID-19, dijo; aclaró también que no ha pasado todavía la pandemia.

Lamentó que, infortunadamente, menos de 5 por ciento de los pacientes acuden de manera preventiva para enfermedades del corazón. La gran mayoría van con el médico porque ya tuvieron un evento cardiovascular; de ahí la importancia de hacer conciencia entre los jóvenes sobre la prevención y los estilos de vida saludables.

El especialista señaló que las enfermedades cardiovasculares son progresivas una vez que inician, pero sí se puede evitar que la progresión de la enfermedad sea rápida con medidas de prevención, que son tanto para gente sana y enferma.

Entre las estrategias de prevención figuran: dejar de fumar, hacer ejercicio, comer saludable; todo esto influye en que la enfermedad cardiovascular se desacelere, ya que no hay pastillas milagrosas que detengan la enfermedad

Muchos pacientes después de haber padecido COVID-19 quedaron con una enfermedad del músculo cardiaco llamada miocarditis, “es decir, el músculo cardiaco tuvo tal inflamación y tal daño, que dejó una falla”

El médico adscrito al Servicio de Rehabilitación Cardiaca del citado hospital, Alfredo Daniel Pineda García, dijo que el COVID prolongado se presenta tras de que el paciente tuvo COVID-19, después de su fase aguda. El paciente presenta problemas en la salud que antes no tenía: se queja de falta de aire, le cuesta esfuerzo hacer la misma rutina que antes hacía sin tanto esfuerzo, siente que se cansa más y, en consecuencia, algunos optan por dejar de ir al gimnasio, tienen dificultades en la concentración, problemas de insomnio y hay quienes se quejan de tener arritmias y de haberse desmayado.

Destacó que pacientes que tuvieron aparentemente un COVID-19 leve presentan también secuelas de la enfermedad, y habló de la necesidad de diagnosticar las secuelas, ya que si, por ejemplo, el pulmón quedó mal, es necesario que el paciente tenga un tratamiento.

Explicó que las secuelas del COVID-19 pueden durar meses. “Puede haber pacientes que tienen un año de que les dio esta enfermedad y no les ha vuelto a dar, y siguen con cansancio o tienen ocho meses sin oler igual”.

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