A nivel global, los casos de obesidad incrementaron del 70 al 80 por ciento durante los dos años que lleva la pandemia. Una de las causas fue la disminución de la actividad física, que se vinculó a factores previos al confinamiento como la genética y la alimentación.
La médica adscrita al servicio de Endocrinología del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara Fray Antonio Alcalde, Sonia Ivette Dávila Casas, atribuyó el incremento al encuentro de dos pandemias.
«Estudios al respecto muestran cómo la colisión de estas dos pandemias, obesidad y COVID-19, generó varios cambios en la actividad física con el incremento rápido de obesidad en niños y en adultos».
La obesidad es una enfermedad crónica que afecta a la población mexicana debido al exceso de alimentación y condiciona comorbilidades cardiovasculares y diabetes, por lo cual los médicos buscan prevenirla con consulta especializada y tratamiento específico.
Dávila Casas detalló que la obesidad responde a varios factores como la genética, la disminución de la actividad física y factores epigenéticos generados con el medio ambiente.
El 30 por ciento de la población mayor de 20 años es propensa a la obesidad y, aunque las mujeres anteriormente eran más sujetas a desarrollarla, en la actualidad afecta en la misma magnitud a mujeres y hombres.
Sobre la alimentación, la doctora explicó que el problema no se encuentra en los grupos de alimentos sino en las cantidades consumidas.
“Lo que ingerimos, cuando se desfasa, se manifiesta en obesidad con grupos de alimentos como carbohidratos simples, grasas saturadas y trans, que son las que se deben evitar”.
Servicio de Endocrinología del HCG
El servicio de Endocrinología del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara tiene una clínica de obesidad para atender a pacientes con sobrepeso, diabetes o hipertiroidismo.
“Lo principal es valorar el estado médico, físico y mental, no solo el peso sino en las complicaciones asociadas al peso, y el éxito es controlarlas con un plan nutricional, calórico y la atención de las enfermedades psiquiátricas”, destacó Dávila Casas.
En el servicio de Endocrinología atienden semanalmente a 20 pacientes de 360 que reciben tratamiento regular para prevenir complicaciones como diabetes, intolerancia a la insulina, trastornos metabólicos, hígado graso y asociadas al estado físico; limitaciones articulares, esguinces, lesiones en rodillas; trastornos mentales como depresión, ansiedad y en la conducta alimentaria.
Sobre remedios alternativos que prometen reducir el peso, como el cardo mariano o la silimarina, la doctora Dávila Casas no los recomendó en el tratamiento de la obesidad.
“Es bastante frecuente que la gente use estos medicamentos que no están recomendados para la obesidad, porque existe un tratamiento médico aprobado en obesidad que vigila los eventos adversos”.
La especialista en endocrinología puntualizó que la obesidad es una enfermedad difícil ya que es un padecimiento crónico. En el servicio, destacó, hay herramientas para detectar condiciones que generan mala calidad de vida en los pacientes y tratarlas de manera oportuna y adecuada.
