Las extensiones de los bosques templados y tropicales, los matorrales, la identificación de animales como pumas, linces, zorros y hasta insectos, el análisis de los usos de suelos, la geografía, el abastecimiento de agua y las amenazas contra la biodiversidad en Ixtlahuacán del Río, forman parte de un amplio estudio emprendido por una veintena de académicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
La última vez que se había realizado una investigación de ese tipo había sido en los años 70, por lo que en 2014 investigadores trabajaron de la mano con autoridades de este municipio, que está al norte del Área Metropolitana de Guadalajara, tan solo separado por la Barranca de Huentitán.
La intención fue lograr una radiografía ecológica y así consolidar un instrumento que es importante en el desarrollo de este municipio de la Región Centro de Jalisco.
Así fue como nació el Plan de Ordenamiento Ecológico de Ixtlahuacán del Río, creado con apoyo de habitantes y autoridades municipales y estatales, mediante el trabajo de académicos de los centros universitarios de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) y de los Valles (CUValles).
Margarita Anaya Corona, adscrita al Departamento de Geografía y Ordenación Territorial del CUCSH, fue una de las coordinadoras del proyecto y señala que el ordenamiento ecológico no sólo sirve para regular el uso del suelo, sino también para conocer el patrimonio ecológico con el que cuenta un territorio.
«Del estudio se obtuvieron aspectos sociales, del medio físico, problemáticas del municipio. Fue importante porque hubo vinculación entre la UdeG, el ayuntamiento, la Semadet y Semarnat, que nos acompañaron durante todo el proceso. Logramos incluso que se sumaran estudiantes que hicieron trabajo de campo e investigación», explicó.
La participación de los ixtlahuaquenses estuvo presente en todo momento; la investigadora compartió que fueron productores del campo y demás habitantes quienes avalaron lo que se iba encontrando en dicha investigación, que tuvo distintos ejes de investigación.
Dicho trabajo fue desarrollado durante dos administraciones del gobierno municipal, con los que –aseguran los investigadores– hubo gran apertura. «Esto habla del interés de la gente de que este proyecto se desarrollara», aseguró.
El trabajo final es el libro Ixtlahuacán del Río: Una visión socioambiental hacia el ordenamiento del territorio, cuyos ejemplares ya han sido donados al ayuntamiento, para que los difunda en las distintas bibliotecas del municipio, y se buscará incluirlo en el acervo bibliográfico de la UdeG.
Encuentran deterioros ambientales
Al no haber un plan de ordenamiento por más de 40 años, Ixtlahuacán del Río sufrió una importante pérdida de zonas naturales, esto fue descubierto tras la realización de dicho ordenamiento ecológico.
«Nos dimos cuenta de que había pérdida de cobertura de bosque templado (se perdieron 5 mil 853 hectáreas) y de bosque tropical caducifolio (551 hectáreas), dichas áreas fueron dedicadas a zonas agrícolas, mismas que aumentaron 4 mil 500 hectáreas; además creció la superficie de pastizales», indicó Juan Pablo Corona Medina, del CUCSH.
Dichos datos surgen a partir de la comparación cartográfica del municipio, entre la clasificación hecha por el Inegi en 1974 y las imágenes satelitales tomadas por los investigadores en 2014.
Otro de los cambios que tuvo el municipio fue en la superficie de agua, que aumentó: en 1974 habían 14 hectáreas que pasaron a 213, esto porque fue creada una presa para tener más abastecimiento para la producción ganadera, actividad principal del municipio.
Leticia Loza Ramírez, también del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial, del CUCSH, fungió como vínculo entre la UdeG y el ayuntamiento; ella comparte que el Cerro de la Higuera (montaña emblema que se observa al norte del AMG) también ha padecido la pérdida de bosque.
«El Cerro de la Higuera es un entorno sumamente importante porque éste infiltra agua para el valle, que es agrícola. Hay veneros, arroyos y estanques que son aprovechados. Los ganaderos deforestan muchísimo, el cerro está invadido desde las faldas».
Los incendios en este cerro son comunes, sobre todo para deforestar y plantar agave, señaló Loza Ramírez.
«La base del cerro se ha estado deforestando para meter este cultivo de agave, es algo grave a lo que hay que poner atención, con este instrumento podemos exigir a la autoridad que no den los permisos».
Pero este cerro no es el único amenazado. Loza Ramírez aseguró que la Barranca de Huentitán también está en constante peligro: «A pesar de que ya está declarada como Área natural protegida, al Ayuntamiento de Ixtlahuacán del Río siguen llegando permisos para deforestar hasta 80 hectáreas para plantar agave«.
De igual forma, exhortan a las autoridades a mantener vigilada la zona entre el Río Santiago y el Río Juchipila, al norte del municipio, donde está el área federal protegida.
«Ahí hay muchas pendientes y bosque y lo están deforestando para meter pastos, que llevará a introducir ganado y va a erosionar la tierra. Se han desmontado más de 500 hectáreas en esa zona y solicitudes se meten en todo momento al ayuntamiento, deben tener más cuidado y vigilancia», externó.
«De la localidad Paso de Guadalupe (en el fondo de la barranca) rumbo a la cabecera de Ixtlahuacán del Río, hasta San Miguel, está muy erosionado porque ahí se está deforestando, y es una barranca que no tiene suelo profundo para hacer agricultura; sin embargo lo están haciendo».
Otro problema que señalan los especialistas es la presencia de granjas porcícolas que también tienen un precedente de deforestación; mismas que abundan más en la zona de la localidad de Trejos.
«Antes de este instrumento no había como decirles que no deforesten, ni se sabía cuál área es ganadera y cuál no, no había reglamentos ni cómo gobernar el municipio. Ahora ya está este ordenamiento que será muy útil para quienes toman decisiones y evitar así permisos para el desmonte».
Ixtlahuacán del Río colinda al norte con el estado de Zacatecas, con el que comparte un área natural protegida de nivel federal, que es la Cuenca de protección 043, una de las zonas más conservadas.
Al sur y poniente le corresponde la barranca del Río Santiago, donde hay gran biodiversidad por ser bosque tropical caducifolio.
De la investigación a la gente
Margarita Anaya se dice complacida de que este proyecto no quedó en papel y actualmente se siguen teniendo talleres para socializar el ordenamiento territorial.
El pasado 14 y 15 de enero se realizaron reuniones en las que capacitaron a personal del ayuntamiento, así como de Protección Civil.
«Gente decía que desconocían problemas con las granjas porcícolas, con las ladrilleras, se les dio un curso para utilizar la cartografía y cómo utilizar las bases de datos, esto se seguirá difundiendo y habrá gente interesada en conocerla», dijo Loza Ramírez.
Antes, tanto la gente interesada en temas de geografía y biodiversidad como los funcionarios de gobierno, se valían de bases de datos de Inegi y Conagua para conocer su territorio. Hoy lo tienen a la mano con mapas actualizados y el libro publicado.
Los investigadores que realizaron el estudio fueron invitados para ser consejeros en Ixtlahuacán del Río, con la intención de que este tipo de temas tengan una continuidad.
Especialistas de distintos frentes
Para este trabajo de investigación se contó con la presencia de académicos investigadores de Geografía, del CUCSH.
Del CUCBA: Ana Isabel Ramírez Quintana, quien coordinó los talleres de agenda ambiental; Ana Luisa de Santiago Pérez, que tuvo a su cargo los estudios de fauna, y Gregorio Nieves Hernández, quien dirigió lo relacionado a la flora.
Del CUValles participó Myriam Guadalupe Colmenares López, quien coordinó el área de educación.