Académicas del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), de la Universidad de Guadalajara, elaboraron un violentómetro para que las personas adultas mayores sepan identificar si son víctimas de agresión por parte de familiares y personas conocidas, además de reconocer el nivel de peligro en el que se encuentran.
En el marco del Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, que se conmemora el 15 de junio, la coordinadora de la licenciatura en Gerontología del CUTonalá, Tania Granado Gil, dio a conocer que este gráfico permitirá que las y los adultos mayores sean conscientes de que pueden sufrir violencia por parte de familiares, amistades o vecinos en diferentes modalidades y tengan manera de actuar ante ello.
El gráfico expone situaciones que van de menor a mayor nivel de intensidad y en el que las personas se pueden identificar: como gritos, obligarles a cuidar a los nietos, que les traten como niñas o niños, bromas hirientes, que les oculten información, que les humillen, que prohíban hacer algo o hablar con alguien, violencia física, amenazas verbales o con objetos peligrosos.
Este violentómetro es distribuido de manera gratuita en los DIF de los municipios de Zapopan, Guadalajara y Tonalá, así como en el estatal, mediante los talleres de información y sensibilización “Concientización sobre la violencia a las personas mayores”, que han impartido durante esta semana a 13 grupos y en los que han participado 420 personas de 60 años y más.
“Este taller se hace con la intención de visibilizar y no normalizar la violencia, porque es lo que está sucediendo y son violencias que van en aumento y que por lo general va a venir de la gente cercana, porque son los que conviven con ellos día a día, o que viven solos y se apoyan en sus vecinos o gente de confianza. Lo que queremos es contribuir a la educación del adulto mayor y a sus familias, y a quien les ayuda en el cuidado diario”, explicó.
La digitalización, una forma de violencia
Granado Gil afirmó que la digitalización de los trámites y procesos bancarios es una forma de violencia hacia la población adulta mayor y los hace vulnerables a abusos al solicitar ayuda a familiares y conocidos.
Dijo que la mayoría de las y los adultos mayores no tienen las habilidades tecnológicas para hacer trámites o solicitudes en línea; para realizar transferencias mediante aplicaciones móviles o plataformas de internet, o para gestionar su dinero producto de la pensión que reciben y son obligados a recurrir a la ayuda de funcionarios, familiares o vecinos que suelen sacar ventaja de ello robándoles o cobrándoles una comisión, así como de violencia psicológica mediante burlas y abuso psicológico.
“Nos hemos encontrado con muchas cuestiones de violencia por los hijos o la familia que retiran el dinero en el cajero y los roban, e incluso hay vecinos que se prestan a hacer el favor pero cobran una cantidad, a lo mejor mínima, y los adultos mayores lo asumen como si fuera una ayuda, porque ellos mismos no pueden ir. Hay trámites que sí o sí tienen que ser usando la tecnología, y el adulto mayor recurre a un joven, que suelen ser los hijos o los nietos y se presta a una violencia verbal”, explicó.
La exposición de sus datos de manera digital los hace blanco fácil para extorsiones, fraudes y robos digitales, ya que muchas veces no conocen la terminología o no saben cómo reaccionar a estas situaciones, afirmó.
Granado Gil recomendó, por último, tanto a las personas adultas mayores como a sus familiares a informarse para conocer los tipos de violencia, saber cómo prevenirlos o actuar en caso de emergencia.
Aconsejó a las personas de 60 años o más a tener a la mano los números de emergencia y de algún familiar o vecino de mucha confianza al que puedan recurrir si se encuentran en peligro, si creen que pueden ser víctimas de algún fraude o si están viviendo algún tipo de agresión.