El permanecer en casa para enfrentar la pandemia del coronavirus puede ser una oportunidad para que las personas se adapten de manera gradual al nuevo horario de verano que suele ocasionar una alteración en los ritmos circadianos, ya que los ciclos internos de sueño y vigilia no se ajustan a los tiempos en los que necesita una persona estar dormida, afirmó Norma Alicia Ruvalcaba Romero, jefa del departamento de Psicología Aplicada, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS).
El horario de verano entra en vigor a las 2:00 horas, del 5 de abril. Por lo que se tiene que adelantar el reloj una hora desde el 4 de abril en la noche, y concluye el 25 de octubre, a la misma hora.
Ante esta situación es necesario un proceso de ajuste, ya que los niños y los adultos se tienen que despertar una hora más temprano en comparación al horario anterior.
El estar en casa puede ayudar a que se acostumbren de manera gradual a los cambios de horario. Durante la primera semana con el nuevo horario, los padres pueden levantar a los hijos, por ejemplo, la primera semana media hora más temprano.
El permanecer en casa permite mayor flexibilidad, ya que no hay que invertir horas en un traslado a la escuela, a un trabajo, y de ahí a casa, y este proceso de adaptación servirá para ya estar acostumbrados cuando se normalice la situación en el país.
A los adultos les suele llevar dos o tres días el acostumbrarse al horario de verano, con efectos como el cansancio o el hambre, ya que el cambio afecta también la hora de la comida. Mientras que estas situaciones pueden generar al niño pequeñas frustraciones, pueden hacer berrinche o generar intolerancia ante la situación.
Destacó que en este periodo de confinamiento hay que acostumbrarse a una rutina y hay que establecer las dinámicas de todos los días, pero con flexibilidad para acostumbrarse al nuevo horario.
En el horario de verano suele suceder que a las personas les da sueño más tarde de la hora en que acostumbraban dormir, ya que tarda más en oscurecer. Ante esta situación es recomendable media hora antes de dormir hacer los preparativos y actividades para mantenerse relajado y tener una buena higiene de sueño. El cuarto debe oscurecerse lo más posible.
Asimismo, es recomendable hacer ejercicio en el transcurso del día porque al no tener una rutina normal puede suceder que el cuerpo se sienta menos cansado y sean obstaculizados los procesos de sueño. Es recomendable practicar también la meditación y el yoga, que pueden generar un equilibrio del estado emocional, lo que favorece un descanso reparador.
La alimentación en la noche debe ser balanceada y ligera para que la digestión no obstaculice el proceso de sueño, y no hay que tomar bebidas estimulantes antes de dormir, como el café, finalizó.