El Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) es un espacio vivo en el que día con día se escriben cientos de historias, que después formarán parte entrañable de la vida de sus futuros egresados y profesionales.
Como la de Natalia Macias y Paulina Bañuelos, estudiantes del tercer semestre, que para su examen final de Patología veterinaria estuvieron practicando la necropsia a un gato. “Reconocer las estructuras que ya habíamos estudiado antes es uno de los mayores retos”, comenta Natalia.
Historias y personajes que se cruzan al interior del CUCBA y en sus diferentes espacios, desde una persona con ajuar vaquero, botas, sombrero y navaja campirana, al veterinario que carga el cadáver de un animal o estudiantes de la materia de Agronomía que reparan el invernadero: “Poner los tornillos en lugar del alambre es lo más difícil”, explica el estudiante Gabino Esparza.
Otros alumnos más estudian, siembran o cosechan en el campo cultivos importantes para la región, como el pepino, frijol, maíz y calabaza.
Y no podemos hablar de CUCBA sin nombrar algunos de sus emblemáticos espacios, que forman parte del folklore que caracteriza a los “cucbeños”, por ejemplo esculturas como La Vaca o El ADN que se encuentran en la explanada central; las grandes canchas deportivas o simplemente el ir a echarse un taco con “La Carnala”.
Esta es la cotidianidad que viven los más de 7 mil estudiantes que cursan alguna de las cinco carreras que se ofertan en el centro universitario: Veterinaria, Biología, Agronomía, Agronegocios y Ciencias de los Alimentos; y cuyas historias se cruzan y dan vida a la cotidianeidad del CUCBA.