El cuidado del agua que llega a las ciudades depende del cuidado que se haga en las cuencas hidrológicas para conservar el equilibrio hídrico, afirmó Javier García Velasco, investigador del Departamento de Ciencias Ambientales, del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA).
Durante una charla que tuvo lugar en el Museo de las Artes (MUSA), como parte del programa educativo de la muestra plástica ITSÏ Una llamada de alerta, el especialista advirtió que la dotación de agua tiene que ver con cuánto llueve, cuánta de esa agua se evapora, cuánta se escurre a mantos freáticos y cuánta se va al drenaje.
A partir de entonces es cuando se deben de hacer mediciones para saber cuánta se puede utilizar para el uso o consumo humano, y mantener un balance hídrico en las cuencas.
Informó que en México hay 757 cuencas hidrológicas que corresponden a 13 regiones administrativas, y en la mayoría de éstas lo que llueve es el agua que se queda, no hay tanto flujo mediante los ríos, sino que son los lagos y lagunas los reservorios para los diversos ecosistemas.
Sin embargo, son estos ríos los que llevan más contaminantes debido a los procesos industriales y humanos que inciden en ellos, aseguró el también responsable del Laboratorio de Salud Ambiental y participante activo del Consejo Académico del Agua del Gobierno de Jalisco.
“Los riesgos ambientales están no solamente en la cantidad de agua, sino en qué tiene el agua y a cuánta gente afecta”.
“Por ejemplo, si la contaminación del Río Santiago no se moviera, que la tuviéramos ahí como la de la laguna de Cajititlán, ¿cuánta gente sería afectada sólo por la generación de aerosoles producidos cuando se mueve? Son esos detalles técnicos los que hay que considerar cuando hablamos del problema del agua”, expresó García Velasco.
En la charla titulada “El cuidado del agua y los espacios lacustres”, dijo que el del agua es un problema de políticos, de dinero, de poblaciones, pues el que tiene agua, tiene futuro; pero ahora, desafortunadamente, si tiene agua y está contaminada ya no tiene ese futuro porque el proceso de contaminación nos está ganando.
Añadió que aunque las autoridades hacen esfuerzos extraordinarios para cuantificar la contaminación, el país es tan diverso, complejo y grande que esas mediciones cambian día a día, pero no ven la utilidad de invertir recursos para tener la información más reciente.
“La gente quiere usar el agua pero no invierte en saber cuánta tiene disponible para mantener ese ecosistema funcional. Se necesita personal capacitado para hacer ese trabajo, que es indispensable; no podemos disponer del agua sin antes saber cuánta tenemos y en qué calidad”, concluyó.