Cuentos de hadas para lectores insomnes

La reciente novela de Stephen King contiene los lugares comunes de buena parte de su narrativa

Buena parte de los lectores de novelas y cuentos, eso que llamamos ficciones, somos animales de costumbres. Disfrutamos lo conocido, lo habitual: personajes carismáticos como Sherlock Holmes o Lizbeth Salander, urbes icónicas como la Ciudad de México de Taibo II o la Nueva York de Paul Auster, los monstruos primordiales de Lovecraft o Guillermo del Toro.

Nos gusta que el estilo de un autor, sus obsesiones, se repitan. Encontrar un mundo conocido nos hace sentirnos cómodos. Por eso cuando un libro o un autor nos entusiasma buscamos leer el siguiente título… y nos desencanta cuando la novela siguiente no se parece a la anterior. Siempre son agradables las sorpresas, pero preferimos los lugares comunes: nuestro barrio, nuestra ruta habitual al trabajo, las mismas personas, nuestra comida favorita.

Lo confieso: eso es lo que me sucede con cada nueva novela de Stephen King. Espero y deseo leer a sus personajes infantiles, su modo lúcido y sensible de abordar la madurez, el crecimiento y la transición entre personajes que aprenden, como todos desearíamos aprender, a ver las maravillas y las sombras del mundo…

La novela Cuento de hadas (2022) contiene los lugares comunes de buena parte de la narrativa de King. El más relevante de estos ejes es el hecho de que está protagonizada por un adolescente que se sitúa entre mundos: entre la infancia y la adultez, entre la realidad objetiva y el universo maravilloso donde las fantasías son posibles, probables y creíbles.

Un cuento de hadas siempre debe comenzar, en español, con Había una vez; en inglés, con la frase Once upon a time. Leer este tipo de historias implica, como bien lo sabe Kings (y lo sabía el círculo de Lovecraft) abrir una puerta entre universos. No quiero contar la trama de Cuento de hadas. Por eso no les voy a hablar de Radar, una vieja y fiel perra, no voy a describirles una ciudad de gigantes como las que relató Lord Dunsany, ni tampoco voy a contar nada sobre las aventuras de un chico que descubre que la fantasía es parte de su vida.

Este es el centro de cualquier cuento de hadas, es el eje de escribir literatura fantástica: darnos cuenta de que vivimos a medio camino entre nuestro mundo sensible, que creemos racional, y un mundo simbólico, imaginario, que es plenamente real para cada uno de nosotros.

Stephen King juega con esta obsesión a lo largo de su vida en obras como la saga de La torre oscura (1982), o la Casa negra (2001) escrita con Peter Straub o Revival (2014). Son años y muchos libros de maravillas, que como el relato de Marco Polo, el Libro de las maravillas, nos invitan a viajar, a sorprendernos y a comprender que los imaginarios son espacios con claroscuros que forman parte de nuestras lecturas y nuestra cotidianidad.

Género: Thriller

Fecha de publicación original: Septiembre de 2022

Número de páginas: 856

Editorial: Plaza & Janes 

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