Como parte de las actividades a distancia, la Universidad de Guadalajara brinda a través de Cultura UDG “Septiembre fotográfico”, un programa integrado de charlas en vivo, visita virtual a taller de producción fotográfica, cápsulas informativas y recomendación de sitios de interés. El evento finaliza el 30 de septiembre y puede disfrutarse a través de su sitio web y red social de Facebook.
“Septiembre fotográfico” toma su nombre y antecedente al desaparecido Fotoseptiembre, que fue un festival bianual dedicado a la fotografía coordinado por el Centro de la Imagen en la CDMX. Creado en 1993 y vigente hasta 2011, en su programa contenía diversas actividades relacionadas a la fotografía; talleres, conferencias, exposiciones, a la cual se sumaban espacios y galerías independientes a nivel nacional.
La fotografía se ha encargado de acercarnos a acontecimientos trascendentales desde siempre: ¿qué representa, ahora con la contingencia sanitaria, para este evento “Septiembre fotográfico” la distancia y el acercamiento con la comunidad artística y el público interesado en la fotografía?, le preguntamos vía telefónica a Joao Rodríguez, coordinador del programa académico de la Bienal de Pintura “José Atanasio Monroy” y director del programa Septiembre fotográfico.
«Representa un abono a la oferta cultural, que se genera para consumo en línea, sí provoca un acercamiento con la comunidad de fotógrafos locales, también por la experiencia que tuvimos en una charla en vivo con el fotógrafo Carlos Díaz Corona sabemos que hay interés por un público sobre la fotografía, lo vemos a partir de las preguntas y la participación generada en estas dinámicas de transmisión en vivo y que toda la programación de mesas, transmisiones y cápsulas que se han generado no sólo para “Septiembre fotográfico” sino también para la mesa que produce la oferta de artes visuales de la UDG ha tenido esta función de mantener vigentes las actividades culturales y el acercamiento primeramente con los creadores locales, en este caso ahora los fotógrafos, y que ha tenido un alcance y una respuesta del público en general y de la misma comunidad artística favorable».
El trabajo de los fotógrafos y la propia fotografía en tanto arte de testimonio y recreación y conocimiento, ¿qué aporta a la sociedad en estos tiempos complicados para el mundo?
«Sigue teniendo la misma función de registrar y de comunicar y que incluso en este tiempo tan complicado ha sido la velocidad de la tecnología a partir de la imagen tanto fija como en movimiento la forma de contar y de evidenciar el mundo de sus complicaciones y acontecimientos».
La fotografía crea conciencia social, pero ahora que ya el mundo es casi distante y todo lo miramos a distancia, ¿sigue esa apuesta social?
«Sí, creo que sí. Incluso en este tiempo de distancia social física nos ha mantenido unidos la imagen, la fotografía, los nuevos medios, entonces sí, creo que sigue siendo una apuesta social de mantener vigentes las relaciones sociales a partir y a pesar de la distancia social».
¿Este encuentro de “Septiembre fotográfico” logra que el público “virtual” siga acercándose al arte?
«Sí, sí creo que ha sido recibido como la programación de fotografía y en este mes dedicado a la fotografía y a la foto, tanto con la comunidad de fotógrafos como con la gente que ha recibido buena respuesta en el programa. Vamos a la mitad del mes y de la programación y vemos que es buena la respuesta que se ha generado una forma de visibilizar a la fotografía y a los creadores».
¿Qué esperan como organizadores de “Septiembre fotográfico”?
«Septiembre fotográfico va más allá de celebrar la fotografía sólo un mes, queremos mantener una relación constante y cercana con la comunidad de fotógrafos, primero local y luego nacional y tal vez internacional».
Finalmente, ¿el arte alivia y reconforta el espíritu?
Creemos que sí. Aunque claro que no es terapéutico ni religioso, pero sabemos que sí también tiene ese lado de denuncia, de decir y confrontar a partir de los distintos movimientos artísticos, la fotografía no queda excluida de esto, pero también lo hemos escuchado durante estos meses: ¿qué hubiera sido de una cuarentena extendida sin un libro, sin una película, sin música? Entonces, sí, el arte reconforta, alivia, pero también tiene una carga social importante. Estamos conscientes de que todo arte corresponde y responde al tiempo que se está viviendo, que se vive.