CUValles revolución educativa

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La implementación de nuevas estrategias de aprendizaje y la búsqueda de desarrollo en las comunidades rurales, son las características que distinguen al Centro Universitario de los Valles (CUValles).
La institución, ubicada en el municipio de Ameca, representa un parteaguas en la enseñanza pública del país, pues maneja un modelo “educativo presencial optimizado”, que consiste en que los alumnos sólo están en el aula 14 horas a la semana y tienen un plan para trabajar 50 horas en casa.
Al respecto, José Luis Santana Medina, secretario académico del CUValles, comentó que se maneja un sistema innovador que ofrece múltiples beneficios para los estudiantes. “Los jóvenes adquieren mayores habilidades en el manejo de la información, aprenden a utilizar eficientemente las nuevas tecnologías de la comunicación y obtienen crecimiento profesional, porque eligen de manera pertinente su ruta curricular”.
Mencionó que una ventaja primordial es que los estudiantes no están obligados a asistir todos los días a la escuela. “En la región hay mucha pobreza y no es posible que los muchachos se trasladen cotidianamente, pues sería muy costoso para sus familias”.
El secretario académico aseguró que el modelo tiene como principal objetivo potenciar la preparación académica y por tal motivo los roles de los profesores también se han modificado. “Las clases no consisten en tomar apuntes. Los profesores son facilitadores del conocimiento y enseñan a los estudiantes a utilizar las bases de datos”.
Añadió que actualmente están instalando centros de acceso a servicios académicos en algunas de las cabeceras municipales, con la finalidad de proporcionar un desarrollo integral a los usuarios.
“Los espacios han sido dotados con computadoras y programas educativos, para que los estudiantes estén continuamente en contacto con los profesores”.
Evelia Almeida Valderrama, originaría de Hostotipaquillo, cursa la carrera de derecho en el CUValles. Sus deseos de superación personal la han puesto en un largo camino, ya que tarda cuatro horas y media en trasladarse a la escuela, pero no desiste, porque tiene horarios “accesibles” de preparación, pues sólo acude al centro dos o tres días por semana.
La joven comentó que sus clases duran dos horas cada una y son particularmente especiales, pues se desarrollan de una manera “distinta”, porque permiten una mayor participación de los estudiantes. “Por lo regular en todas las materias se trabaja en equipos. Se hacen mesas redondas y se reparten temas de investigación para que los alumnos los expliquen a través de diapositivas. El profesor es como un asesor y sólo se encarga de responder las dudas generadas durante las exposiciones”.
Señaló que el internet y las nuevas tecnologías juegan un papel primordial en este modelo educativo, pues son herramientas que los escolares utilizan constantemente en cada una de sus actividades.
“Los maestros abren foros de discusión por tiempos determinados y tenemos que participar en ellos, pues si no lo hacemos nos restan puntos en la calificación. Además de que nos hacen exámenes en línea y nos dejan tareas u otras actividades.”
Indicó que la universidad maneja una buena estrategia, pero en ocasiones los jóvenes no la aprovechan, porque el proceso de aprendizaje es más pesado. “Si no se aprende yendo de lunes a viernes y viendo una materia toda la semana, imaginen cómo es de complicado si se tiene que aprender en sólo dos horas.”
Gerardo Ortega Camacho, de Arenal, refirió que decidió estudiar en el CUValles por el programa y modelo que maneja el centro en la carrera de Ingeniería en computación. “Me parece bien que no vayamos todos los días a la escuela, porque podemos investigar los temas más a fondo y también tenemos más oportunidades de utilizar un mayor número de herramientas digitales”.
Aunque su traslado no representa una labor titánica (pues de su casa a la escuela realiza un recorrido de una hora), Gerardo ha encontrado otras ventajas en este modelo educativo semipresencial. “Es más fácil conseguir un trabajo con este sistema, pues tengo tiempo para desarrollarme profesionalmente, cumplir con las tareas y además ganar un poco de dinero”.
Explicó que un día de clases normal consiste básicamente en realizar dinámicas grupales, resolver problemas matemáticos en cuadernillos y responder cuestionarios en la web.
“Utilizo internet casi todos los días. Practicamos constantemente en foros creados por los maestros, nos mantenemos en contacto con ellos y esto permite obtener un mayor conocimiento”.

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