La despedida fue brutal, sin abrazos, ni ron, y ni qué decir de fiesta. En un aeropuerto de Cuba, Daniel Hernández Delgadillo esperaba su viaje de vuelta a México, tras la orden del gobierno de aquel país de devolver a todo extranjero a su país de origen; esto, como parte de una de las estrategias contra la COVID-19.
El joven egresado de Artes Audiovisuales, del Departamento de Imagen y Sonido del CUAAD, tuvo que pausarlo todo: el filme que estaba en puerta y su maestría en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV), en San Antonio de los Baños.
Ya de vuelta en Jalisco, la pandemia le permitió volver a su origen, en cuerpo y mente, para compartir un poco del cine que ha creado durante los últimos años; esta vez, para su gente, la de su natal Autlán de Navarro.
A finales de noviembre de 2020, el joven cineasta presentó virtualmente algunas de sus películas, a través de transmisiones realizadas por el Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), acompañadas de una charla sobre su trabajo.
Estas fueron Las raíces del roble y Nina, dos documentales que muestran realidades muy distintas en Jalisco: la primera, sobre una escuela rural wixárika en El Roble, Mezquitic, y, la segunda, sobre una mujer mayor en El Chante, localidad de Autlán de Navarro.
LAS RAÍCES DEL ROBLE por Daniel Hernández en Vimeo.
«En algún momento una profesora nos dijo que uno, como cineasta, debía volver a casa y hacer un tributo al lugar donde nacimos. No sé por qué es algo que recuerdo frecuentemente».
«Pienso mucho en cómo uno puede aportar algo en en lugar donde nació y creció».
Daniel Hernández asegura que aún no sabe ni cómo ni cuando sucederá, pero que sí ocurrirá dicha correspondencia, pues considera que aún no se ha concretado.
«Me mantengo con la idea de volver a casa y hacer de ese lugar un sitio más lindo para vivir, para los que vienen».
Una película para Autlán de Navarro
Aunque Daniel Hernández considera que no ha involucrado a su lugar de origen en su creación audiovisual, ya dio un pequeño regalo que ha hecho efecto en la gente.
«Fue lindo que se interesaran por mi trabajo, algo muy bello que ocurrió fue que presentamos el corto documental Nina, grabado en la casa de la abuela de mi mejor amigo de la infancia.
«La proyección, aunque fue en línea, la familia lo vio, los vecinos, la gente de El Chante; entonces hubo muchas reacciones a partir de esta película. Ahí se vio una clara necesidad de identidad y hacer comunidad con la gente cercana a ese territorio«.
Daniel Hernández dijo que Nina es un corto pensado para el álbum familiar y la memoria colectiva de Autlán; sin embargo, detonó en un diálogo de cómo se puede generar comunidad a través del cine en este municipio de la Sierra de Amula.
«Para mí era personal e íntimo y prefería que se viviera de esa forma, en vez de tener una vida de festivales. Es una película que pertenece inherentemente a Autlán y la región«.
«Me parece que contar nuestras propias historias es importante…».
«… No permitir que otros vengan a construir nuestras narrativas, a decirnos quiénes somos, cuáles son nuestras historias, nuestros personajes y lugares».
Huir, una película de protesta por los desaparecidos
Además de buscar mostrar las realidades cercanas sobre nuestra identidad, el joven reconoce la existencia de historias oscuras, que duelen hasta los dientes a miles de familias en México.
El caso de los jóvenes cineastas Javier Salomón Aceves, Jesús Daniel Díaz García y Marco Francisco García Ávalos, que fueron desaparecidos en Tonalá en 2018, fue inspiración para crear el cortometraje de ficción Huir, que hizo Daniel Hernández durante su paso por Alemania.
La película trata sobre Juan, un joven chileno-mexicano que se ve forzado a vivir en Berlín, tras presenciar la desaparición de sus compañeros por parte de criminales.
«En 2018 viajé a Berlín y me encontré con Juan Cáceres, cineasta chileno, quien además había ayudado mucho en difundir la desaparición de los compañeros».
De ese encuentro surgió la idea de filmar Huir, «como una forma de sacar toda esa rabia e impotencia por estar lejos y no poder hacer nada para que los compañeros volvieran a casa», detalló.
A partir de la figura de los amigos testigos, crearon un docu-ficción de 12 minutos, de cómo sería vivir lejos del país tras presenciar la tragedia de la desaparición de los amigos del protagonista, sobre cómo es vivir con esa incertidumbre y preocupación, y el habitar una ciudad desconocida cargando una historia tan fuerte.
Huir se estrenó en 2020 en el Festival Internacional de Cine de Morelia, se presentó en Curta Cinema en Río de Janeiro y este marzo competirá en el Festival de Cine de La Habana, en la categoría de Mejor Corto de Ficción.
«Es una película híbrida de parte documental y parte ficción. Va tomando su propio camino, está ligado estrechamente a esta identidad universitaria estudiantil en México».
Lo que sigue para Daniel Hernández este año es esperar volver a Cuba, una vez que la EICTV lo vuelva a llamar para continuar su posgrado en Cine Documental, que quedó a la mitad.
Pero también trabaja en la creación de dos nuevas películas, situadas en el sur de México: una de ellas con San Cristóbal de las Casas, Chiapas, como escenario, y la otra, sobre la vida de una mujer trans que vive la disidencia y resistencia en territorio zapatista.