La educación en temas de género se ha enfocado mayoritariamente en la población femenina y ha dejado de lado a la población masculina, que es desde donde se genera la violencia y el acoso, afirmó Ángel Christian Luna Alfaro, investigador del Centro Universitario de los Lagos y co-coordinador del Seminario de género e historia de las mujeres que se imparte en ese campus desde septiembre pasado.
“Hasta ahora se ha quedado en dar información a las mujeres para que se protejan y tengan estrategias de seguridad, pero se está abandonando a quienes estamos generando mayoritariamente el problema de violencia en el estado de Jalisco”, aseguró el especialista.
Luna Alfaro hace referencia a una reciente encuesta publicada por el extinto Instituto Jalisciense de las Mujeres, que revela que uno de cada tres hombres sigue pensando que el lugar de las mujeres es el hogar, una postura que preocupa mucho por las implicaciones sociales que engendra.
El especialista sostiene la hipótesis de que la violencia hacia las mujeres y los feminicidios pueden ser resultado de que muchos hombres no saben lidiar con el empoderamiento que sus parejas han logrado y la emancipación en lo económico y familiar.
“Eso vuelve a algunos hombres locos y está generando la posibilidad que existan feminicidas que no soportan la idea de que la mujer se emancipe. Se nos enseña desde la infancia que una de nuestras propiedades son las mujeres, si este último ´bien´ se nos sale de las manos, si no se está acostumbrado a dialogar ni a expresar sentimientos —que es lo que se aprende desde niños— lo que viene es un ejercicio de violencia sistemático”, dijo.
Esta violencia se manifiesta desde los gritos, dejar de hablar a la pareja, suprimir la aportación económica, amenazar y otras actitudes que podrían acabar en el feminicidio.
“La mayor parte de casos en torno a este tema tiene que ver con mujeres que mueren a manos de sus parejas, sus familiares. También hay feminicidas fuera de casa, pero sí es importante que empecemos a desdibujar la idea pueril de que son gente que vive en otros mundos, sino que son el resultado de lo que hemos dejado de hacer, de personas que se encuentran anuladas para expresar sus sentimientos”, expresó.
Agregó que no se puede entender el acoso sexual o verbal y los diferentes tipos de violencias que se presentan en los entornos universitarios si los profesores y autoridades no toman cartas en el asunto, y si la misma población masculina no se responsabiliza de los conflictos que ejerce cotidianamente y de las relaciones de poder verticales que tienen tanto con las alumnas como con las compañeras de aula.
Movido por la necesidad de educar en temas de género, Luna Alfaro en conjunto con Rosa María Spinoso Arcocha, ambos investigadores del Departamento de Humanidades, Artes y Culturas Extranjeras, instituyeron el Seminario de género e historia de las mujeres que en los últimos meses ha tocado temas como masculinidades y violencia, enfermedades de trasmisión sexual y la historia de los concursos de belleza para mujeres.
La intención es educar a la población universitaria en lo relacionado con la violencia de género y también con temas relacionados a la diversidad sexual. A la iniciativa se han sumado además académicos y egresados de otras universidades, así como público en general, tanto de Lagos de Moreno como de San Juan de los Lagos, las dos sedes del seminario.
El público de la región, una de las más conservadoras y con mayor tradición religiosa de la entidad, ha respondido con interés y entusiasmo no sólo a las charlas con especialistas sino en el debate y análisis de los temas tratados.
“Aunque existen muchos pendientes en temas de equidad de género en Jalisco quienes asisten son personas respetuosas, que participan y que tienen mucha necesidad de seguir escuchando y que se compartan estos temas como parte de sus procesos formativo y profesional. Están conscientes de los feminicidios, de la violencia de genero, les agrada escuchar de temas que no escuchan por ejemplo en sus casas y normalizan la necesidad de hablar de cuestiones que antes habían sido muy íntimas”, concluyó el académico.