Además de las afectaciones al pulmón, riñón y corazón, la COVID-19 también afecta el sistema nervioso central, lo que se manifiesta en cefaleas en cerca del 60 por ciento delos pacientes, fatiga, dolor muscular, además de la pérdida del olfato y el sabor.
Así lo reveló el estudio «Efectos de la COVID-19 en las funciones del sistema nervioso», realizado por Juan Luis Orozco Ceballos, investigador del Centro Universitario del Sur (CUSur), quien explicó que al constatar las afectaciones en algunos pacientes, se dieron a la tarea de hacer un análisis de los estudios sobre los síntomas en las diferentes áreas del sistema nervioso.
«Se hizo un estudio de los artículos publicados hasta la fecha, con metaanálisis de más de 2 mil 800 artículos publicados desde octubre del 2019 hasta febrero de este año. Se presentaron casos de eventos cerebrales vasculares también conocidos como embolias, infartos cerebrales y hemorragias cerebrales. Lo más frecuente fueron los infartos».
Otras de las secuelas a causa de esta enfermedad es la meningitis, encefalitis, encéfalopatía, confusión, desorientación y también se encontró una relación incrementada de epilepsia, además de la pérdida del olfato y el sabor.
«La pérdida del olfato o sabor es una de las afectaciones más frecuente, curiosamente en los asiáticos y europeos hay una discrepancia, en China sólo el 5 por ciento de los pacientes presentaron este síntoma y en Europa hasta el 88 por ciento».
Orozco Ceballos informó que otro de los descubrimientos es que el virus puede afectar el sistema nervioso periférico y en algunos casos se han podido encontrar hallazgos de la enfermedad denominada Guillain-Barré que también se relaciona con la presencia de este virus.
«En materia de investigación sobre este virus aún estamos en pañales, no tenemos una investigación muy concreta de esta infección, cada día se presentan cosas nuevas y tristemente en algunas situaciones catastróficas, por ejemplo, pacientes que por la infección del virus han tenido la presencia de múltiples hemorragias cerebrales», apuntó.
Ante este panorama señaló que lo mejor es la prevención con las medidas sanitarias como el aislamiento, la sana distancia, uso de cubrebocas, lavado constante de manos y una nutrición e hidratación oportuna, así como un estado emocional estable, que en caso de enfermarnos nos permita tener una mejor evolución y evitar la presencia de complicaciones de esta naturaleza.