Del CULagos para Austria

Aditi Galaxia González Abrica recorrió 10 mil 086 kilómetros para encontrarse en la ciudad de Krems an der Donau, donde dio inicio a sus estudios en la IMC University of Applied Sciences Krems, como parte de la movilización académica

Aditi Galaxia González Abrica estudiante de sexto semestre en Ingeniería Bioquímica, eligió la IMC University of Applied Sciences Krems porque era la que contaba con un plan de estudios que seguía el enfoque de su carrera, aunado a las ganas de conocer el país.

“Yo siempre había querido estudiar en el extranjero, y me interesaba mucho contar con la oportunidad de aprender en un entorno diferente, vi la escuela, un poquito de sus instalaciones y me parecieron muy buenas, además de que las materias de la carrera de Biotecnología eran muy parecidas a las que curso en Bioquímica”.

Aditi confiesa que la adaptación al nuevo país y a su cultura fue un proceso interesante. “Al menos en Viena y en el pueblito donde me quedaba, todo se encontraba cerrado después de las seis o siete de la tarde, ya no podías encontrar nada, y también los domingos era así, por ello, tenía que organizarme para hacer la despensa en la mañana o por las tardes, después de salir de la escuela, si no, ya no alcanzaba. También, tienen muchas leyes en las calles, como el sentido que siguen las bicicletas en las banquetas, una vez me fui por el lado contrario y casi choco con varias personas”, agrega entre risas. “Además de eso, me costó mucho trabajo acostumbrarme a la gastronomía del lugar, y a estar separada de la mexicana, allá están más acostumbrados a usar paprika, la comida típica del lugar es milanesa de puerco empanizada con una mermelada como de frutos rojos”.

En cuanto a lo académico, Aditi dice que no pudo evitar comparar al sistema educativo del lugar con el que sigue aquí en México, encontrando diferencias significativas. “No tenía horarios definidos, bien podía tener una materia un martes de 9 a 12 pm, y la siguiente semana la tenía el jueves de 12 a 2 pm. También, mis clases eran impartidas en inglés, pero la mayoría de mis profesores eran austriacos, así que me costó adaptarme al acento de ellos, aunque no hablaban mal el idioma. Además, allá no dejaban tareas, ni realizaban exámenes parciales. Te aplicaban un solo examen, casi al final, y ese valía por el 100% de tu calificación; considero que nos brindan más recursos educativos y confían en que nosotros vamos a estudiar y a leer, es un poco más autodidacta”.

Con ello, destaca la calidad de la enseñanza y los recursos disponibles en la Universidad. “Los laboratorios tenían mucho equipo especializado, los profesores enseñaban súper bien, y la distribución de los salones era muy estratégica, pues a pesar de que éstos eran muy amplios, podías escuchar y ver al profesor con claridad desde cualquier lugar en el que te sentaras, y las salidas estaban a los costados, así que no interrumpías la explicación si necesitabas salir por algún motivo”.

La experiencia en Austria no sólo le brindó conocimientos académicos, sino que también un crecimiento personal significativo. “Dentro de mi desempeño escolar, considero que me ayudó a reevaluar las técnicas y métodos de estudio a los que estaba acostumbrada, porque sentía que la responsabilidad recaía en mí, mi esfuerzo se vería reflejado cuando realizara ese examen. También, me ayudó a clarificar cosas sobre lo que quiero para mi futuro, siempre había tenido la intención de estudiar en el extranjero, y ahora que estuve allá, me relacioné con muchas personas que me recomendaron programas de posgrado, y me dieron diversos consejos, así que creo que ya tengo una visión más clara de lo que quiero hacer cuando termine mi licenciatura, y también de la persona en la que me quiero convertir. Pasar esa temporada en otro país, me ayudó a conocerme mejor, a organizarme y a optimizar mi tiempo”.

Reconoce la labor de los profesores con los que contó, los compañeros con los que compartió clases, y agradece las amistades que generó allá, personas de diferentes países que compartían su experiencia y con las que aún sigue en contacto. “Tenemos un grupo de WhatsApp y un newsletter mensual en el que contamos cómo ha ido nuestra vida”, comenta. 

Aditi recomienda ampliamente a los estudiantes interesados que consideren la posibilidad de aplicar a una movilidad académica internacional. “No se van a arrepentir, es una experiencia que te aporta muchas cosas en todos los sentidos, tanto académica, como emocional y profesionalmente. No les voy a mentir, sí es difícil, hay momentos en los que te llegas a sentir muy solo, no puedes contactar tan fácil a tu familia por la diferencia de horarios, pero se puede lograr. Ayuda el buscar en qué entretenerte, y tener buenas amistades”, confiesa. 

“Yo les recomiendo, que lean muy bien las convocatorias, busquen apoyo en personas que ya hayan participado en este tipo de programas, porque pueden darles consejos que los guiarán en el camino, investiguen sobre las universidades que les llamen la atención, busquen qué requisitos les piden, estén al pendiente de las becas de movilidad que se oferten, y tengan mucha disciplina y confianza en ustedes”, finaliza.

 

Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.

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