Desde Guanajuato, Vera Ruiz Acevedo ha trabajado en la realización de filmes que rescatan los saberes culturales, que son patrimonio de la nación; esto como productora en la compañía Lazando Lázaros.
Ahora, la egresada de la licenciatura en Periodismo del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), ha sido becada por el Festival Internacional de Cine de Guanajuato para participar en el Rotterdam Lab, workshop organizado por el Festival Internacional de Cine de Róterdam, en Países Bajos.
Del 25 de enero al 7 de febrero Ruiz Acevedo trabajará en mesas virtuales de la mano de cineastas de distintas partes del mundo, para darle forma a tres películas que la joven periodista tiene en puerta.
“Sigo aprendiendo, pero con el laboratorio de Róterdam es una oportunidad para muchos cineastas que ya hicieron o están en proceso de desarrollarse profesionalmente para producir, postproducir o exhibir sus películas”, contó.
“Hablaremos de nuestros proyectos y cómo realizarlos. Habrá mesas dedicadas a los recursos, la producción, la investigación, de documentales y ficción”, detalló.
Comentó que los tres proyectos con los que participará están en diferentes etapas: dos son documentales y uno de ficción, y espera avanzar en su consolidación con ayuda del equipo de la casa productora de la que forma parte.
Tres filmes sobre el pasado desconocido de México
Los proyectos fílmicos de la cineasta abordan historias de la memoria mexicana que poco se han visibilizado en el séptimo arte: la fotografía post-mortem, la violencia contra la mujer en Mesoamérica y la vida de un gran músico inmigrante en México.
“Una película es Lo que hacemos con los nuestros, que está en desarrollo. Es sobre la fotografía que se le tomaba a la gente cuando recién moría y los derechos de la memoria. Se trata sobre qué hacíamos desde el siglo XVIII al XX en México, y cómo hemos evolucionado para preparar a la gente que se nos muere”, explicó.
Desde la tradición de los angelitos, el Día de Muertos y las momias de Guanajuato, dicho filme “ya lleva dos años en preproducción y desarrollo, es un proyecto muy amplio, pero ya contamos con apoyo de varias instituciones”.
El canto de las mujeres de Chalco es la segunda película que trabaja Ruiz Acevedo. Se trata de una ficción histórica sobre la violencia que vivieron las mujeres del emperador mexica Axayácatl.
“Toda la historia es narrada en náhuatl. Trata sobre las cuatro concubinas del emperador, quienes tras verlo malherido, por una pelea, se dan cuenta de que no va a sobrevivir y lo empiezan a preparar para su viaje al Mictlán”, relató Ruiz Acevedo.
“Cada una recordará cómo fue que se convirtió en una concubina de Axayácatl, y cómo eso tiene que ver con el rapto, la venta y cacería de mujeres en esa época. Pese a que son de la realeza (como geishas mexicanas), ellas han tenido una vida difícil y tienen que preparar a su esposo, que también es un captor”, agregó.
Detalló que esta película tiene inspiración en una ópera dirigida por el investigador y músico Gabriel Pareyón. “El proyecto ya está desarrollado, el guión está en español, inglés y náhuatl”.
El tercer filme, que está en espera de dinero para la producción, es Punto de inflexión, un documental sobre la vida y obra del músico Gijs de Graaf, inmigrante neerlandés sobreviviente de la Segunda Guerra mundial y quien al ser un gran oboísta llega a México.
“Él se muda a Guanajuato, porque le ofrecen ser profesor en la Universidad de Guanajuato, y se convierte en uno de los mejores maestros de oboe. En los 90 busca construir instrumentos que no son de esta época y se vuelve uno de los mejores constructores de clavecines en todo Latinoamérica, y en 2021 los sigue construyendo”, informó.
Para este documental se cuenta con la participación del clavecinista Gastón Lafourcade (padre de Natalia Lafourcade), quien es amigo de Gijs de Graaf. “Esta película también habla sobre migración, como la que vivió Lafourcade, quien huyó de Chile”.
Ruiz Acevedo, además de crear cine para el rescate cultural desde Lazando Lázaros, ha fungido como gestora y vínculo para impulsar la cinematografía en Guanajuato.
La cineasta y periodista explicó que fue por su curiosidad hacia la cultura y la cobertura de dichos temas en festivales, que decidió ser parte de dicha industria cuando aún cursaba la carrera en el CUCiénega.
“He entregado mi vida a hacer cine. Estudié periodismo, porque mis papás son periodistas y he aprendido la vida a través de los ojos del periodismo; no tenía otra manera de verlo. Pero también mi relación con ellos era comunicarme a través del cine y la música. Quiero combinar ambas carreras, que es a lo que aspiro”, externó.