Gestor cultural por naturaleza, Viktor Boga fue uno de los productores y promotores más inquietos de Jalisco. Su muerte, ocurrida el 17 de agosto pasado debido a un tumor fulminante, puso fin a una vida en la que el cine, la literatura y las artes fueron su principal motor.
Boga nació en Morelia, Michoacán, pero vivió muchos años en Guadalajara, donde desarrolló una buena parte de su legado cultural y artístico. Fue creador del Encuentro Internacional de poetas y arte “Letras en la mar” y cofundador de la Cátedra de Poesía y Periodismo Cultural Hugo Gutiérrez Vega de la Universidad de Guadalajara, a raíz de su profunda amistad con ese poeta.
Boga fue maestro en Literatura, con especialidad en Letras de Jalisco, por la Secretaría de Educación Jalisco y la Secretaría de Cultura del Gobierno de Jalisco, con el tema de tesis “El erotismo en la poesía de Hugo Gutiérrez Vega”, en la que reflejó la admiración hacia la obra del poeta jalisciense, que más tarde se convirtió en una relación de complicidad y cariño mutuo.
Por más de seis años Boga trabajó hombro con hombro con Gutiérrez Vega, quien le decía que era su “hijo cultural”.
“El gran despunte de Viktor fue saber que Hugo Gutiérrez Vega lo consideró su discípulo, su amigo, fue muy amigo de él. Hugo lo impulsó mucho y nos hablaba sobre su trabajo de gestión cultural, sus grandes aciertos contracorriente en la Casa del Lago y creo que eso valió mucho para que Viktor se dedicara en cuerpo y alma a la gestión cultural”, recordó Alejandro Sánchez, director de la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega y amigo de Boga.
Además de sus proyectos para el fomento de las artes y la cultura, Boga fue uno de los cofundadores y promotores del Foro de Periodismo Cultural y del Seminario Internacional de Crítica de Arte, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
“Estaba convencido de que tenía que poner su granito de arena en la difusión de las artes, se dispuso a promover el cine documental, la poesía, todas las manifestaciones que conllevan a las artes, pero también fue un gran creador tanto en el periodismo cultural como editor en la revista Expresiones, como en la producción documental”, señaló Sánchez.
El cine fue otra de sus pasiones. Realizó estudios de cine en el Departamento de Imagen y Sonido del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño, de la UdeG, y de cine documental en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fomentó la creación de públicos en el área documental a través del programa DOCUMENTArte, una mirada al cine documental con sede en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara y que visitó diversas ciudades regionales.
Algunas de sus colaboraciones en producción son Orozco y los hombres de fuego, del director Jorge Priot: Morelia en los orígenes del cine, dirigido por Javier Moret, un documental sobre la vida del colibrí con la dirección de Rodrigo Rodríguez, y Síndrome de Estocolomo, de Jorge Vargas Villaseñor, uno de sus últimos trabajos y que está por ser estrenado.
Su enfermedad no le mermó las ganas de iniciar proyectos. En los últimos días de su vida, cuando tenía una crisis, salió de la cama a que uno de sus múltiples amigos le hablara del proyecto de su documental.
“Aun estando muy enfermo quería sumarse a un documental, él estaba produciendo y creando la celebración de la cátedra, hace un mes todavía pensaba en celebrar los diez años de la Cátedra y de ‘Letras en la mar’ y quería hacerlo con bombo y platillo. Eso quería y cuando estaba en el hospital me dijo que no me tenía que rajar y me hizo jurarle que no dejaría el proyecto, y ahora vamos a seguir con ello y seguramente le haremos un pequeño homenaje”, señaló.