“El arte de la medicina es la combinación de la calidad técnica y humana”: Alberto Lifshitz

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Foto: Abraham Aréchiga

En el proceso de atención y seguimiento de pacientes es indispensable, además de la calidad técnica, la calidad humana, la comunicación y las habilidades no cognitivas para un mejor desarrollo del mismo.

Esto lo expresó el doctor Alberto Lifshitz Guinzberg en la conferencia “Saber y magia. Reflexiones contemporáneas sobre el arte de la medicina”, en el marco del XXIII Congreso Internacional de Avances en Medicina (CIAM 2022), que organiza el Hospital Civil de Guadalajara.

“Es fundamental la combinación de lo humano con lo técnico; por ejemplo, existe una tendencia en Estados Unidos donde lo importante es lo técnico, prescriben el medicamento, sin ningún diálogo, o dan la noticia de que tienen dos meses de vida, sin reflexionar sobre el daño psicológico que originan. Veo a muchos colegas que no tienen esta conciencia”, apuntó.

Explicó que un gran fracaso de la profesión es que no logran convencer a un alto porcentaje de pacientes de seguir los tratamientosmédicos, y los profesionales de la salud se han acostumbrado a pensar que al hacer la prescripción médica, el resto es responsabilidad del paciente.

Se está olvidando la exploración física. Con toda la tecnología, parece que la exploración física es superflua. El otro elemento es la atención a distancia, por teleconsulta, puedo sugerir pero no puedo revisar, además de la robótica, que hacen que la exploración física se empiece a olvidar”, indicó.

El también miembro titular de la Academia Nacional de Medicina y Académico Emérito de la Academia Mexicana de Cirugía, explicó que la medicina clínica como arte no es reductible a los axiomas de la ciencia; no basta seguir algoritmos o guías, no parece estar gobernada por reglas rígidas; se basa en inspiración, creatividad, utiliza elementos sutiles impalpables, además de los estructurados.

“Entre los atributos del arte clínico están saber ganarse la confianza del paciente, mantener la esperanza sin sacrificar la verdad, lograr que el paciente se sienta comprendido, compadecido, acompañado, protegido, arropado, consolado; conseguir que entienda su condición de salud y luche por ello”, precisó.

Destacó que durante mucho tiempo las instituciones de educación se preocuparon más por dotar a los futuros profesionales de las habilidades cognitivas, pero desde hace un tiempo se ha incrementado el interés de concientizar sobre las habilidades no cognitivas.

El valor terapéutico de todos estos atributos, la confianza, esperanza, solidaridad, compañía, consuelo, comprensión, son elementos sustantivos en el desenlace de los casos. Hay pruebas empíricas de que todas estas cosas influyen en la evolución de las enfermedades. Estudios científicos demuestran que la práctica de la compasión en atención de pacientes ejerce un efecto terapéutico incuestionable”, enfatizó.

Lifshitz Guinzberg es autor del libro El paciente. Una visión de la medicina clínica, el cual fue premiado por la Academia Nacional de Medicina de México en el concurso de “Obras médicas”.

Concluyó que la perfección en el desempeño debe de estar basada en las cualidades de una buena práctica: en sus dimensiones técnicas, científicas, humana y humanitaria.

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