La tecnología puede amplificar el trabajo de los grandes maestros,
pero no los reemplazará.
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
La profesión docente es una de las más nobles a las que se puede dedicar una persona, ya que además de contribuir en el proceso de aprendizaje de los niños y jóvenes, en muchas ocasiones el profesor se convierte en un referente a seguir, porque educar es mucho más que enseñar los conocimientos más o menos estructurados en un plan de estudios.
En México, para el ciclo escolar 2018-2019, el Sistema Educativo Nacional (SEN) contaba con 2 millones 100 mil 277 maestros, de los cuáles 58.3% pertenecía a la educación básica, 20% a educación media superior y 19.7% educación superior, además un 2% participaba en el programa de capacitación para el trabajo. La planta académica se caracteriza por ser una profesión mayormente femenina ya que, en promedio, el 59.6% de docentes son mujeres, esta cifra es más alta en el nivel básico con 68.4%, el nivel medio superior cuenta con 51.4% y en capacitación para el trabajo participa el 55% de mujeres, la excepción es la educación superior donde el porcentaje disminuye a 42.6% de profesoras.
Uno de los grandes desafíos de los profesores es el uso de las tecnologías, no sólo por el entorno hiperconectado en que se desarrollan muchos niños y jóvenes, sino también porque se convirtió en la única forma de trabajo en un período donde el aislamiento social es obligado. La integración de los docentes en el área tecnológica presentaba ya problemas específicos, pero a partir del cierre de las escuelas por el Covid-19 el problema evidenció su magnitud. La empresa educativa Class Tag realizó una encuesta a profesores sobre el aprendizaje remoto (remote learning) en el vecino país de los Estados Unidos y encontró que un 57% no se siente preparado para facilitar el aprendizaje virtual o remoto y, aunque un 36% utiliza la aplicación Google classroom, el 53.6% no usa ningún Sistema de Gestión de Aprendizaje (Learning Management System, LMS)[2]. En nuestro país los resultados son peores.
Las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales van mucho más allá de una solución provisional durante la crisis, la tecnología puede permitir a los maestros y estudiantes acceder a múltiples formatos y materiales, de manera que puedan unir el tiempo y el espacio. Existe el reconocimiento de los profesores del beneficio de la tecnología en su práctica, una muestra de ello son los resultados de la encuesta realizada por la editorial educativa Houghton Mifflin, donde se reporta que 8 de cada 10 docentes considera que la tecnología mejora su práctica educativa y un 95% coincide en que mejora los resultados de los estudiantes, sin embargo, los obstáculos a los que se enfrentan para integrarse a la educación tecnológica son múltiples, principalmente, la falta de tiempo para planificar la integración de recursos digitales en sus cursos (51%), así como la falta de dispositivos o internet dentro y fuera de las aulas por parte de los estudiantes (cerca del 40% coincidieron con ello), esto sin contar la falta de preparación docente para interactuar en entornos digitales.
La crisis de Covid-19 ataca en un momento en que muchos sistemas educativos no están listos para las oportunidades que brinda el aprendizaje digital. Los niños y jóvenes carecen de un espacio para estudiar dentro del hogar, en el mejor de los casos deben compartirlo con el resto de la familia, y tampoco tienen acceso a una computadora con conexión a internet para hacer sus deberes escolares en casa. En México, el 94% de los jóvenes de 15 años de entornos privilegiados tienen un enlace a Internet en sus hogares, en comparación con solo el 29% de aquellos de entornos desfavorecidos.
La otra parte del problema es, por supuesto, es qué tan bien equipadas y acostumbradas están las instituciones educativas para el aprendizaje en línea, y qué tan bien preparados y comprometidos están los maestros con este tipo de aprendizaje.
Este día del maestro no habrá festejos, el confinamiento es obligado, pero vaya desde aquí nuestro mayor reconocimiento a su labor, más complicada que nunca en este año de la pandemia.