El último cargo que la Universidad de Guadalajara le asignó al Ingeniero Alfredo Chavarría Velasco (Manzanillo, 1943), antes de que fuera integrante del Consejo de Seguridad Pública del Estado de Jalisco, fue el de coordinador de proyectos especiales en el Centro de Estudios Estratégicos, culminando una rica y vasta estela de encomiendas y comisiones que su talento e inteligencia le permitieron desempeñar con naturalidad desde que era estudiante en la Facultad de Ingeniería.
No obstante, la misión más inolvidable de su trayectoria fue la fundación de Radio Universidad de Guadalajara el 30 de mayo de 1974. Esa mañana recuerda con frescura cómo le expuso a Luis Echeverría Álvarez las características técnicas de la nueva radiodifusora y las tareas de trece personas que arrancaron «la radio» adaptada en una antigua aula de dibujo, junto a los jardines del Tecnológico.
El ingeniero todavía se dio tiempo y audacia para decirle al presidente de México, sin importar la rigidez de protocolos que entonces obligaba la investidura presidencial, que la antena no estaba bien colocada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que, desde el principio, había comisionado al afamado ingeniero del Instituto Politécnico Nacional, Octavio Velázquez, para acompañar a los técnicos de la UdeG en su implementación. Desoído, algunos años más tarde Chavarría debió ajustar la antena, confirmando lo que bien le apuntó en su momento al mandatario.
La concepción intelectual de que la Universidad de Guadalajara tuviera una radio la atribuye el ingeniero Chavarría a Carlos Ramírez Ladewig. Los brotes técnicos, pruebas y experimentos que al mismo tiempo realizaban alumnos y maestros en la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, fueron la pinza perfecta para que el diputado jalisciense y universitario Guillermo Gómez Reyes gestionara los permisos correspondientes luego de un destacado cabildeo.
El ingeniero Chavarría Velasco ya era radiofónico: desde niño se había ofrecido de «chícharo» de la legendaria XEAD porque vivía a la vuelta de la estación, en la calle de Juan Manuel. Ese gusto lo siguió mientras crecía y, para cuando fue elegido consejero estudiantil e integrante de la comisión especial del Consejo General Universitario para la fundación de Radio Universidad, no le era desconocido casi nada acerca de una estación de radio moderna.
Un grupo de intelectuales liderados por Ignacio Arreola Haro le otorgarían a Radio Universidad ese halo cultural y de vanguardia que a lo largo de 50 años la han distinguido: Jesús Kleemann Godínez, Alberto Gómez Barbosa, Hugo Gutiérrez Vega, Guillermo García Oropeza y Ernesto Flores, quienes entonces solían reunirse en la flamante colonia Americana, alimentaban intelectualmente la radio. A ese grupo cultural acudían como invitados los jóvenes Raúl y José Trinidad Padilla López.
Los primeros tres lustros de la radio fueron prolíficos, al igual que para su fundador. El boyante ingeniero Chavarría se consolidó al mismo tiempo como docente universitario, pedagogo de la Secretaría de Educación y estudioso del espacio sideral.
Pionero de investigaciones sobre el cambio climático, entre otras disciplinas, su última publicación se titula Marte, planeta fósil. Acucioso, perfeccionista y observador del espacio, cómo no iba a notar que una antena estaba mal puesta.