Una noche de euforia cobijó el estreno de la ópera rock Dr. Frankenstein. Con una sentida ovación dentro del Teatro Diana, el público manifestó su beneplácito al musical encabezado por José Fors.
Este proyecto es una versión libre de la novela de Mary Shelley, el objetivo principal de José Fors fue crear un personaje inspirado en las películas del director James Whale, quien es reconocido por sus trabajos en el género de terror. El argumento original narra la historia de Victor Frankenstein, un joven suizo, estudiante de medicina en Ingoldstat, quien se encuentra obsesionado por la búsqueda del conocimiento. En su afán por ir más allá y desentrañar los misterios de la vida y de la muerte, Victor crea un cuerpo a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados. Sin embargo, el experimento no resulta como él lo imaginaba y comprende en ese momento que ha dado vida a un monstruo. Su reacción inmediata es de rechazo y huye de su laboratorio. Con esto sólo generará una serie de sucesos trágicos que terminarán con su familia y con su propia vida.
Ópera rock
La función de estreno de la ópera rock arrancó en medio de luces azuladas, en el escenario se contorsionaban varios cuerpos que se guiaban al compás de un misterioso piano y que consecutivamente fueron poseídos por la distorsión de una electrizante guitarra. Los ayudantes lerdos de Victor Frankenstein deslizan un carretón donde colocan despojos humanos, su única misión es llevar estos restos ante su amo.
Entre la oscuridad, con una voz lúgubre, que reclama la creación de un superhombre, aparece Victor Frankenstein (Ugo Rodríguez). Dentro de su cabeza no cruza todavía la idea del miedo y el temor, él sigue su marcha, empecinado en su creación. Ugo Rodríguez demostró esa noche por qué José Fors siempre lo tuvo en mente para desarrollar este personaje. Su voz lució, y pese a que su actuación pudo ser más completa, logró momentos significativos.
En el laboratorio se pueden observar varias placas luminosas; Victor da un vistazo a sus apuntes de anatomía. Es el momento para llevar a cabo su experimento, la escena se reviste con el tema “la tormenta perfecta”. De una cápsula de grandes dimensiones surge la figura de un silencioso monstruo (José Fors) y Victor se percata de su error.
La adaptación del musical fue bien lograda, sobre todo en la escena donde el monstruo y Victor Frankenstein se confrontan. Como se había anticipado, la música fue parte muy importante en el desarrollo del relato. Un claro acierto fue colocar al grupo de rock en directo, esto le dio bastante intensidad e hizo que el público se mostrará atento de lo que sucedía en el escenario. José Fors expuso sus influencias musicales, entre las principales para este musical se encuentra la figura de Alice Cooper. En el desarrollo escénico sobresalen los trabajos de José Fors, Iraida Noriega (Elizabeth), Salvador Moreno (profesor Waldman) y Gerardo Enciso (El abuelo). Iraida Noriega comentó con anterioridad: “La obra es una reflexión del ser humano. Elizabeth es un símbolo femenino, hace que su familia tenga cohesión y mantiene un amor incondicional hacia Victor Frankenstein, pero por otro lado es una mujer de lucha y fortaleza que hace frente a una situación terrible. Realizar este papel me llevó a una confrontación, porque me sacó de un universo que reconozco y me colocó en otro entorno que permitió reinventarme”.
Homenaje
En el segundo acto el monstruo reclama su identidad, al mismo tiempo reclama una pareja y decide ir en búsqueda de Victor Frankenstein, aquí surgieron proyecciones sobre una pantalla gigante. Este recurso se utilizó en varias escenas, lo que brindó mayor peso a la historia, dejando de lado la escenografía minimalista. Cuando José Fors hablaba de rendir homenaje a James Whale, no sólo tomó en cuenta a su personaje, fue un tributo integral, que se vio acrecentado en el momento que se proyectaron imágenes en blanco y negro, evocando el cine de terror de la década de los 30.
Finalmente el monstruo cobra venganza y termina con la vida de los seres queridos de Frankenstein. Elizabeth es aprisionada y cae en el piso. La voz desgarrada de Victor enciende la escena. Creador y creación se encuentran frente a frente, ambos forman parte de sí mismos, pero ninguno puede continuar su camino. El monstruo aprisiona y asfixia a Victor con su brazo. Los aldeanos capturan al monstruo y sin piedad lo ahorcan. Acto seguido, Gerardo Enciso interpreta el epílogo de la obra.
La reacción de público no se hizo esperar, fuertes aplausos y gritos reconocían el trabajo de todos los participantes en la puesta en escena. La euforia desbordada apareció y continúo al salir del teatro, debido a que se ofreció un coctel en el cual estuvieron presentes la mayoría de los actores quienes con sencillez escuchaban las opiniones de la prensa y los asistentes. Días antes José Fors fue cuestionado sobre el resultado de la ópera rock y si él se sentía satisfecho. Su respuesta fue que eso lo sabría hasta el día del estreno. Ahora Fors sabe que lo logró, que consiguió darle vida a su Frankenstein.