De las especies que habitan el océano sólo diez por ciento se conoce. Así que algas, esponjas, corales, tiburones, ballenas, delfines, peces…, son una mínima parte.
En la conferencia “La diversidad marina”, el profesor del Centro Universitario de la Costa (CUCosta), Fabio Germán Cupul Magaña, abordó este tema con miras a sensibilizar y brindar conocimientos a los niños y jóvenes que acudieron al programa de divulgación científica “Sábados en la Ciencia”.
“La idea es tener conocimiento sobre los diferentes seres vivos que existen en el océano; en todos los ambientes, desde la playa hasta grandes profundidades que llegan hasta los once kilómetros, que es la máxima profundidad oceánica que tenemos y que está en las trincheras de las Marianas, al norte de Australia”, dijo.
En promedio, dicho ecosistema tiene cuatro kilómetros de profundidad, pero el mayor conocimiento se tiene en la costa donde se puede acceder sin problema, explicó Cupul Magaña.
“Puedes hacer investigación a nivel de playa solamente mojándote los tobillos, pero unos cuantos metros alejados de la costa ya requieres embarcaciones; si quieres ir más profundo, equipo adecuado que te permita respirar, o robots o minisubmarinos para poder ingresar a otros sitios más alejados”.
En el mundo se conocen cerca de un millón 900 mil especies, incluyendo plantas, animales, hongos, bacterias, pero aún se desconoce toda la diversidad, terrestre, marina y aérea, indicó el académico, quien estimó que falta conocer entre ocho y diez millones de especies. Del océano, sólo conocemos diez por ciento de su diversidad.
Cupul Magaña, oceanólogo de la Universidad de Guadalajara, comentó que hay especies llamadas familiares, que son las que nos sirven de alimento, por ejemplo, los crustáceos, pero no conocemos todo de éstas ni de otras.
“Y ahí es donde está el problema. Cómo no las conocemos, los procesos de degradación ambiental, como la contaminación, a veces hacen que esas especies desaparezcan, pero quizá hubieran servido como fuente de alimento o de sustancias que ayuden a la salud”.
Sobre las especies marinas carismáticas Cupul Magaña consideró que son los mamíferos marinos, como las ballenas y los delfines. Por el contrario hay gusanos que no llaman la atención quizá por su colorido. Pero para su estudio también influye la posible afición del investigador o las funciones que cumplen ciertos organismos en el ecosistema.
En el marco del inicio de las conferencias de “Sábados en la Ciencia” del ciclo 2019-A, organizado por el CUCosta y patrocinado por la Academia Mexicana de Ciencias, aseveró que debe hacerse ciencia sin importar si es básica o aplicada, no obstante, hay más discriminación hacia la primera.
“Cómo se criticó el desarrollo aeroespacial en los Estados Unidos, donde se invertía gran cantidad de impuestos de los contribuyentes, pero ahora sabemos que mucho de lo que utilizamos fue a partir de esos procesos científicos para que el hombre pudiera ir a la luna, y de ahí se derivaron muchas cosas que actualmente utilizamos”.
Indicó que en México falta mucho por conocer sobre la vida marina, aunque reconoció que hay especialistas en las universidades y centros de investigación con mucha capacidad, incluso en el conocimiento, por ejemplo, de arácnidos, crustáceos y aves.
“Podemos hablar de que México fue pionero en la conservación de mamíferos marinos, precisamente con todos los programas que se tuvieron con la conservación de la ballena gris, lo de la vaquita marina que tenemos actualmente, o de la tortuga”.
Cupul Magaña reiteró que falta mucho por conocer sobre la diversidad marina y más en nuestro país, ya que cuenta con todos los tipos de ambientes del mundo, además tiene una superficie de litoral de 11 mil kilómetros.
“Debemos conocer los recursos naturales y hasta las cuestiones económicas debieran tener su base en la cuestión biológica”.
Planteó que es necesario divulgar la ciencia, en todas las áreas, entre ellas las biológicas, por fortuna, reconoció sin embargo, hay trabajo en eso.
“Como bien lo dice el doctor Cifuentes (el biólogo mexicano Juan Luis Cifuentes Lemus), al tener un conocimiento sobre las cosas, uno las aprecia, sabe cuál es su papel y al apreciarlas las quiere, y por lo tanto las protege. Parte de esto es tener un conocimiento, porque eso te hace buen ciudadano y eso hace que las sociedades sean mejores. Entonces, si pensamos que lo que está a nuestro alrededor nos estorba, y por lo tanto hay que desaparecerlo, estamos poniendo en riesgo nuestra existencia”, sentenció Cupul Magaña.