PISA son las iniciales en inglés del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes. Se aplicó por primera vez en el año 2000, luego en 2003 y acaban de salir los resultados del 2006. Participan todos los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) más algunos otros.
México obtuvo el peor lugar en las diversas escalas.
Con el PISA, la OCDE examina la eficacia de los sistemas educativos y la preparación que están dando a los jóvenes para el mundo de mañana. Hay un consenso total de que, en la muy competitiva economía globalizada de hoy, la calidad de la educación es uno de los más valiosos activos que tanto la sociedad como un individuo puede tener. China e India están ofreciendo altos niveles de habilidad a costo moderado y a ritmo creciente, dice el documento dado a la publicidad este 4 de diciembre.
Los mejores resultados los obtuvieron jóvenes de Finlandia, Canadá, Japón, Australia y Corea. Fuera de la OCDE quedaron entre los cinco mejores Hong Kong, Taipei y Estonia.
México es el ejemplo negativo empleado en el reporte.
Los estudiantes mexicanos tuvieron sus mejores resultados en tareas que implicaran memorización, y peores al analizar datos. “Este es un hallazgo importante: estudiantes que aprenden sólo a memorizar y reproducir conocimiento científico, pueden encontrarse mal preparados para el mercado de trabajo del mañana. Países exitosos en cuanto al uso de la evidencia científica, como Finlandia, Nueva Zelanda, Australia y Canadá, pueden aportar puntos de referencia útiles…”
En matemáticas, México mostró una mejoría, sin salir de lo peor, respecto de sus resultados en 2003, aunque sólo en las niñas. La mejor mitad de los estudiantes mexicanos quedaron abajo del nivel 2 de 6. Esto significa que la otra mitad no pudo resolver ni los más sencillos problemas en comprensión de lectura, matemáticas y aplicación de la ciencia, que forman el nivel 1.
“En general, los mexicanos de 15 años de edad reportan un fuerte nivel de apreciación de la ciencia, uno de los más altos entre los miembros de los países de la OCDE”, indica el reporte PISA. Señala que un 35 por ciento espera seguir una carrera relacionada con la ciencia a la edad de 30 años (el promedio en la OCDE es de 25 por ciento). Además, los mexicanos de 15 años estuvieron entre los más confiados en sus habilidades científicas.
Pero nada sustenta esos deseos ni esa confianza. Sólo dice que aprenden muy temprano en sus vidas la típica autocomplacencia del mexicano promedio, pues mostraron un bajo nivel de resultados, peor cuando las escalas pedían usar el conocimiento adquirido.
Los resultados de la evaluación OCDE PISA deja la interrogante: qué pueden hacer las escuelas y la política educativa para elevar el nivel de los estudiantes en los países con peores resultados, como México. Hay quienes sostienen que es asunto de dinero, y por supuesto lo es. “Pero la relación está lejos de ser directa: Finlandia, Nueva Zelanda, Corea, Japón, Australia y Holanda obtienen buenos resultados con inversiones moderadas, mientras que, con gastos más altos, en Estados Unidos y Noruega los resultados educativos son inferiores.” Con toda claridad, el dinero es necesario, pero no suficiente. Son más importantes las políticas y prácticas escolares, que no necesariamente están ligadas a recursos económicos.
El reporte menciona, como ilustración, tres elementos mayores, pero no relacionados con el gasto. Uno es que la separación hacia diversos tipos de escuelas a edad temprana, daña el desempeño de los jóvenes. “Esta es una importante lección para México y para muchos de los sistemas educativos de Europa. Mientras el promedio de edad en la OCDE para la primera selección está en los 14 años, en México es más temprana, los 12.” A esa edad debe elegirse qué tipo de secundaria llevar.
En cuanto a la diversa calidad de escuelas públicas y privadas: “Sólo en tres países mostraron las escuelas públicas mejores resultados que las privadas.” Y en México hay mayores diferencias en el desempeño escolar. “Estudiantes de escuelas privadas califican 53 puntos más alto. Cuando el promedio en los países de la OCDE es de 25 puntos.”
El segundo elemento es la autonomía. Los resultados sugieren que los países que dejan mayor responsabilidad a las escuelas tienden a lograr mejores calificaciones. El tercero es la necesidad de evaluaciones externas como contraparte de la autonomía. El PISA alienta a no creerse mucho las evaluaciones internas y mejorar la transparencia de los resultados: “Las escuelas que pegan sus resultados públicamente tienden a desempeñarse mejor.”
Los resultados del PISA indican que más importantes que los recursos materiales son el tiempo que los estudiantes pasan en clase y la medida en que las escuelas son evaluadas por sus resultados.
Abra estos documentos completos en: www.pisa.oecd.org.