El Covid-19 llegó para quedarse. Los humanos tendremos que aprender a vivir con esta enfermedad y las consecuencias sanitarias que deja a su paso, al menos hasta que exista una vacuna, advirtió Héctor Raúl Pérez Gómez, académico del Centro Universitario de Ciencias de la Salud.
“Este virus va a estar circulando prácticamente en todo el mundo con diferente intensidad, es una declaratoria que sugiere que este microorganismo se va a convertir en un patógeno ante el que todo el mundo debe mantener un cuidado especial”, señaló el miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que este virus se convertiría en endémico, es decir, que se mantendría activo de manera indefinida como ha sucedido con el del sarampión, la varicela o el VIH.
El Sars-CoV-2 provocaría contagios de forma estacional, ya no como una pandemia, pero sí por tiempo indefinido hasta que no exista una vacuna y que la mayoría de los ciudadanos del mundo estén inmunizados con ella, dijo el especialista en infectología.
El académico recordó que las medidas deben mantenerse en todo el mundo debido a que el Covid-19 es una enfermedad para la que aún no hay tratamiento y que tiene una alta letalidad en comparación con otras enfermedades similares, como la influenza.
En México, por ejemplo, el porcentaje de fallecidos es de poco más de 10 por ciento del total de las personas contagiadas.
“Se tienen que implementar medidas de protección más estrictas a lo largo del tiempo, que pueden ser años, porque se trata de un virus que además causa más letalidad que el de la influenza, que es de 0.5 por ciento, mientras que el del Covid es de 6.8 por ciento en promedio”, indicó.
Nueva normalidad
En algún momento las personas tendremos que salir de casa y dejar atrás el aislamiento y volver al trabajo, la escuela y las actividades sociales.
Los humanos tendremos que acostumbrarnos a nuevas formas de vida social y familiar en los que se privilegia la distancia física, mayor permanencia en casa y prácticas como el lavado permanente de manos, la limpieza y desinfección exhaustiva de superficies y alimentos, y reducción de reuniones masivas.
“Requerirá que seamos conscientes de que por un tiempo indeterminado vamos a tener que mantenernos en casa lo más posible, a seguir utilizando cubrebocas cuando haya que salir a alguna actividad apremiante y necesaria, evitar las reuniones sociales con un número importante de personas, y estas medidas ya serán para siempre”, advirtió.
Pérez Gómez recalcó la importancia de que las personas se hagan responsables de su propia protección y hábitos de higiene para evitar su propio contagio, pero, ante todo, para no contagiar a otras personas si hay un cuadro asintomático de la enfermedad.
“Es importantísimo evitar los saludos de mano, estornudar en la parte interior del codo o en un pañuelo, no escupir en la vía pública y cubrir las vías respiratorias si una persona está enferma de gripe”, señaló.
El médico señaló que para evitar que 80 por ciento de las personas se contagie, como lo predijo la OMS al inicio de la pandemia, es importante que exista una vacuna. Anticipó que esta inmunización podría estar lista en menos de ocho meses y evitar el riesgo que representa contraer la enfermedad.