MARIANA GONZÁLEZ-MÁRQUEZ
El escritor sinaloense Élmer Mendoza alguna vez fue ladrón. Su afición por la lectura lo hizo robar algunos libros cuando era un adolescente. Uno de ellos, 20 mil leguas de viaje submarino, fue el que le cambió la idea de literatura y, quizás, el que lo llevó a convertirse en uno de los autores de novela más conocidos en América Latina.
Sin tapujos y con mucho humor, Mendoza participó en el Encuentro de promotores de lectura, que forma parte de las actividades para profesionales de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara para compartir con profesores y educadores su forma de ver lo que consideró “el arte de leer”.
A modo de broma contó que en una ocasión entró a “robar” a una librería y le dijo al encargado: “Esto es un asalto” y él lo que hizo fue abrir la caja. “No quiero dinero, quiero un libro”, le dijo.
Leer la novela de Julio Verne fue una “revelación mágica” y una experiencia “fascinante” que le hizo hacerse preguntas acerca del mar, un elemento tan cercano a él desde la infancia en su natal Culiacán.
“Si tienen una de esas experiencias cuéntenla a alguien, esas historias siempre hay que contarlas porque sirven para contagiar la felicidad del inicio en una actividad tan bonita como es leer libros”.
El creador del personaje “El Zurdo” Mendieta señaló que el libro en papel levanta pasiones y ha logrado que muchas personas duerman con ellos, que les destinen un espacio en sus casas y su intimidad y que pasen horas en medio de sus hojas.
Reveló que su relación con los libros es “muy amorosa e intensa” y que hay títulos de los que no se ha podido despegar en meses, e incluso años, porque siguen sorprendiéndolo y aportando algo nuevo a su vida.
“Como todo el arte, leer es algo que se decanta, que se afina con los años. Hay que darse el tiempo para seleccionar un libro y preguntarse cosas, leer la contraportada, conocer al autor. Es parte de la praxis de un arte que tiene que ver con leer y luego disfrutar el encuentro con el libro que tienen en la mano”, dijo.
El autor de Balas de plata bromeó con la idea de que el arte de leer empieza por la forma en que las personas quitan el plástico, una misión que es más fácil para las mujeres porque les permite “sacar la navaja que deben de traer para enfrentar a los acosadores”.
“Es parte del ritual que he practicado toda mi vida. He comprado libros usados, pero la razón de comprar nuevos es celebrar la manera de abrirlos y encontrarse con ellos, disfrutar el aroma emblemático y particular que hacen la tinta y el papel juntos y que a la mayoría de los lectores nos encanta y que hacen que uno diga ¡viva la vida!”.