El Estado mexicano todavía no le da la importancia que se merece a la educación intercultural; aunado a eso, muchas universidades interculturales que ya llevaban un buen avance tuvieron retrocesos importantes.
Esto lo expresó Andrés Fábregas Puig, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología (CIESAS), durante la conferencia “La interculturalidad en la educación superior”, organizada por el Centro Universitario del Norte (CUNorte), en coordinación con la Universidad Intercultural de Chiapas, la Universidad de Quintana Roo y la Red de Estudios Multidisciplinarios sobre Interculturalidad y Comunalidad en la Educación Superior (REMICES).
“Es fundamental, en un proyecto de educación superior intercultural, consolidar la enseñanza de los idiomas locales y ampliar la visión de la interculturalidad no solamente a los pueblos indígenas, sino tener una visión clara de las diferencias culturales que existen en las regiones de México para insertar ahí a la universidad, que la universidad esté enmarcada en los contextos locales. Un aspecto fundamental son los idiomas que se hablan donde se va a fundar una universidad intercultural”, declaró.
En la conferencia, que forma parte del inicio de las actividades formales de la REMICES, Fábregas Puig dijo que se debe de llevar la enseñanza del castellano que, aunque no es la lengua oficial, es la lengua franca y ampliamente mayoritaria de la población mexicana, y los estudiantes de las universidades interculturales tienen que hablar y escribir un buen castellano y sus propias lenguas.
“Pensar bien si todo tiene que enseñarse en el aula o hay otras formas de pedagogía que se adecúan más a las tradiciones culturales de los distintos grupos culturales que hay en México. Es un problema complejo, no es de, ‘Vamos a hacer una universidad intercultural y ya’, sino que hay que estudiar bien lo que se va a hacer”, indicó.
Fábregas Puig expresó que la educación superior intercultural se debe de pensar en términos de un contexto histórico, es decir, de un proceso, y ese proceso es el de los esfuerzos de los estados nacionales en todo el Continente Americano por asimilar a las culturas indígenas.
“La interculturalidad y la educación en el Estado mexicano siempre se pensó en términos de los pueblos indígenas, es decir, para el Estado nacional mexicano la diversidad cultural se reduce a los pueblos indígenas, y eso no es así. México es variado culturalmente, no sólo por las riquezas que representan los pueblos indígenas, sino porque regionalmente se fueron construyendo nichos culturales que son distintos y que la educación no siempre ha tomado en cuenta. Los planes de estudio se hacen en un lugar central y de ahí se surte a todo el país”, subrayó.
Recordó que fue en el periodo presidencial de Vicente Fox cuando se fundaron las universidades interculturales en México, en un contexto donde no se sabía bien qué iban a hacer y de negociación política.
“En ese contexto político no existía un contexto académico adecuado, no había un cuerpo académico para poder ser docentes en universidades interculturales. Se funda la primera en el Estado de México y se fundan en ese contexto donde no hay realmente magisterio preparado para la tarea”, precisó.
Lamentó que se siga adoleciendo de un proyecto claro de qué queremos decir con educación intercultural y seguimos empeñados en que la educación tiene que ser como marca la Secretaría de Educación Pública.