Entre el periodismo y el espionaje

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A veces detrás de una noticia el propio periodista es la noticia… sin saberlo. Los riesgos siempre se corren. El periodismo para muchos es sinónimo de peligro, amenazas y muerte. Para otros es la piedrita en el zapato. Los más osados toman el periodismo como la mejor forma de defender, exponer y explicar los hechos.
Wolfgang Krach, periodista alemán, editor de Sueddeutsche Zeitung, e invitado especial de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, comentó el caso de contraespionaje que vivió en carne propia cuando era reportero de la revista Stern, una de las dos revistas políticas más importantes de Alemania, en la cual realizó una investigación sobre el Servicio Federal de Inteligencia (BND) y su actuación ante la posibilidad de una guerra en Alemania.
Con su acento alemán, Krach relató cómo descubrió que el BND lo espiaba. “Diez años más tarde, en el parlamento alemán (Bundestag) se hizo una comisión de investigación para saber en qué casos este servicio secreto había investigado a periodistas alemanes: y fue cuando salió a la luz pública que una década anterior me habían investigado, a pesar de que es algo prohibido. Por otra parte, la cancillería alemana indicó al BND que debía informar de todos los casos de periodistas que había estado observando, pero no me informó ni a mí, ni a otros colegas”.
En el momento en que el parlamento descubrió el hecho, solicitó ver su propio expediente y el presidente del servicio secreto le mostró las fotografías de observación. El servicio secreto investigó todo lo que Krach había hecho. Es decir, en qué tienda había entrado, qué tren había tomado… y había una pregunta que lo rondaba siempre. “No sé para qué fue en aquel entonces. No soy peligroso, solamente soy un periodista”.
Asegura que este hecho no afectó, en su momento, el ejercicio de su profesión, pues ni se enteró de que estaba siendo espiado. Lo que sí pudo ser es que algunos de sus fuentes hayan tenido problemas. También señala Krach que no fue el único periodista investigado, lo que hizo que hubiese solidaridad dentro del gremio y censurasen la acción del servicio secreto.

Profesión peligrosa en México
Para Wolfgang Krach las condiciones de trabajo para los periodistas mexicanos no son comparables con las de los alemanes, ya que en México “es mucho más difícil la labor, es una profesión muy peligrosa. En los últimos años han desaparecido periodistas y otros han muerto. No es el caso de Alemania”.
Agrega que “cualquier periodista que haga su trabajo con miedo ante la amenaza de que lo asesinen o maten a su familia, no ejercerá su profesión de la misma manera que cuando se está libre de miedo”. Por eso, respeta muchísimo a quienes ejercen la profesión en un país como México.
Advierte el periodista alemán que en ningún país democrático debe suceder este tipo de situaciones. “Los periodistas deben tener la libertad de hacer su trabajo tal y como les parece y ningún gobierno debe impedirlo de manera abierta o velada, porque es parte de la función del periodista. Deben poder publicar cosas que a lo mejor no le gustan al gobierno, pero que deben saberse”.

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