La ausencia de fe conduce hacia un cruce de caminos. Esa falta de creencias, ligada a los planos personales y espirituales, establece uno de los puntos que entrelaza las historias de un famoso músico y un seminarista. ¿Sencilla casualidad o inevitable destino? Desde el desencanto total, ese que anula cualquier posibilidad de esperanza, los dos buscan liberar la conciencia individual, y fundamentalmente, alcanzar la redención.
Rutas para entrar y salir del nirvana (Pachuco Pres/Marvin, 2012), primera novela de Juan Carlos Hidalgo, periodista y escritor mexicano, es un trabajo que recurre principalmente a la figura de Kurt Cobain. La dificultad que implica examinar a uno de los músicos más populares y controvertidos de las últimas décadas –vida, obra y muerte de Cobain han sido abordadas anteriormente por distintos escritores y cineastas–, representa el esfuerzo principal de este libro, que desde la ficción y los componentes biográficos, intenta aproximarse al momento más crucial del atormentado artista.
Situada en los últimos días de vida de Kurt Cobain, la novela efectúa en esencia un recorrido por ese periodo espinoso, etapa que significó la muerte anunciada del cantante y compositor de Nirvana. Para contextualizar lo que sucedía en México, casi en el ocaso de la primera mitad de los noventa, el escritor agrega un tímido esbozo de sucesos trascendentales para la memoria reciente de este país.
En Rutas para entrar y salir del nirvana, Enrique Olmos, un seminarista que reside en la provincia de México, atraviesa una profunda crisis de fe, situación que lo conduce hacia una nueva búsqueda espiritual. El personaje abandona su antigua vida y decide emprender un viaje hacia un templo budista.
Compuesta por pequeñas situaciones y detalles que unen a ambos personajes, Juan Carlos Hidalgo traza en esta novela periodos de infancia y adolescencia. Los problemas familiares obligan a Kurt Cobain a internarse en el bosque en una etapa temprana de su vida. Tiempo después, al llegar a Seattle, el músico no abandona aquel refugio. “Ya nadie iba a reprenderlo y vuelto naturaleza, podría vaciar su mente, perderse en su propio silencio. Trataba a toda costa de bloquear el zumbido que lo perseguía, el agudo rechinido del espectáculo, de la fama”.
El personaje paralelo en esta historia, Enrique Olmos, consigue ocultarse en una torre. En ese periodo de adolescencia, el futuro seminarista recala con frecuencia en ese sitio, sólo para apartarse de los constantes pleitos de sus padres. “Lo hartaba escuchar reclamos y acusaciones, enterarse de historias de infidelidad y parrandas interminables”.
La novela establece como puntos de conexión el vacío, el desengaño y la falta de fe. Desde la literatura pop, Juan Carlos Hidalgo marca esa aterradora y desesperada búsqueda por alcanzar el estado de liberación de deseos.
Rutas para entrar y salir del nirvana respeta y mantiene el perfil, la personalidad de Kurt Cobain. El principal atractivo en este libro es el juego de posibilidades, las casualidades, los movimientos del destino.
“Mientras esperaba al transporte público compró un diario para ir familiarizándose con las cosas del mundo. Aguardó más de media hora a que pasara una combi, y antes de traspasar la puerta, debió esperar a que subieran otras cinco personas. Para cuando tocó su turno de abordar, ya había llegado a la sección de espectáculos. Reparó en la nota que anunciaba la desaparición de un músico importante. Enrique siempre estuvo negado para el arte musical, por ello no tenía idea de quien se trataba. Miró la foto de un hombre rubio, vestido como leñador: camisa a cuadros sin cerrar, camiseta desgastada y jeans”.
Aunque Rutas para entrar y salir del nirvana posee como hilo conductor la falta de fe, destacan un conjunto de casualidades, de posibilidades del destino, elementos que parecen desvanecerse en algunos instantes. Las últimas páginas representan un intento por recuperar ese propósito. El recurso que sostiene a este relato, casi en su totalidad, corresponde a las partes en que el escritor aborda la figura de Kurt Cobain. Ese recurso es claro en una serie de mensajes que aluden más a una cuestión biográfica: “Esta es una cápsula de MTV News. Kurt Cobain en sus propias palabras. ¿Dónde estás Kurt? Ser el número uno en las listas es lo mismo que ser el número 16, sólo que más personas te besan el culo”.