Especialista en cuidados paliativos indica que en ocasiones los profesionales de la salud desconocen cómo atender de manera empática a los pacientes
La espiritualidad es una de las grandes carencias de la enseñanza de las ciencias médicas y es indispensable para que los profesionales de la salud sepan ofrecer un trato cálido, empático y compasivo a sus pacientes, afirmó Guillermo Aréchiga Ornelas, especialista en anestesiología, egresado y docente en la Universidad de Guadalajara.
El coordinador del libro Espiritualidad y cuidados paliativos, publicado por la Editorial Universidad de Guadalajara, dijo que ciencia y espiritualidad no tendrían que contraponerse, pues esta última es necesaria principalmente para atender a quienes están en un proceso de enfermedad terminal.
“La formación espiritual había sido confinada en la mayoría de los países a una labor eminentemente pastoral o de aspecto religioso, sin embargo el quehacer de los médicos dentro de un escenario no solamente de la terminalidad de los enfermos o de la gravedad de los enfermos, evoca siempre un elemento espiritual”, indicó.
El también coordinador del equipo hospitalario de cuidados paliativos del Hospital General de Occidente, de la Secretaría de Salud, detalló que realizaron un sondeo entre médicos egresados y personal que labora en espacios de atención a pacientes, que arrojó que la mayoría desconoce cómo atender de manera empática a sus pacientes.
“Dadas las condiciones de los pacientes con los que trabajamos, vimos necesario que fuera un documento de fácil acceso para médicos, para enfermeras o para la sociedad en general que hablara sobre la diferencia entre religión y espiritualidad, que abordara la espiritualidad en los niños y algunos aspectos que tienen que ver con empatía, compasión y la culpa”, dijo.
Los cuidados paliativos son un auxiliar para la práctica médica al ocuparse del control y mejoría de los síntomas físicos y el acompañamiento espiritual.
El médico, junto con otras personas dedicadas a este tipo de cuidados, abogan porque en Jalisco existan lugares especializados gratuitos para pacientes con enfermedades graves o terminales en donde estén acompañados de los familiares y reciban actividades para aminorar sus síntomas y encontrar paz para dignificar la muerte.
Estos espacios, que pueden ser financiados con recursos públicos y privados, serían además lugares de capacitación para recursos humanos en salud que salen de las universidades.
“En México es lo natural morir mal. En el Índice de calidad de muerte en 88 países, el mejor índice de calidad para morir fue Inglaterra, donde hay recursos, analgésicos, voluntarios, hospices, cuidados paliativos. México ocupa el lugar 40 al igual que Uganda y China, porque no hay analgésicos, personal, espacios, los pacientes están abandonados y necesitamos un trabajo grande en esto”, indicó.
El libro será presentado el próximo 23 de octubre, a las 18:00 horas, en la Librería Carlos Fuentes y el 1 de diciembre, en el Stand de la Editorial Universidad de Guadalajara, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.8