Daniel Giménez Cacho

De joven tuvo una epifanía en un escenario: escuchó a su cuerpo y desde entonces comenzó una de las carrera actorales más prolíficas de México, que en esta edición el FICG reconoce con el Mayahuel de Plata

IVÁN SERRANO JAUREGUI / FOTOS: FERNANDA VELÁZQUEZ

A veces es muy difícil saber lo que uno quiere en la vida, y más cuando se es jóven. Pero Daniel Giménez Cacho lo descubrió cuando se subió a un escenario, durante un taller de teatro en el tiempo en que estudiaba la carrera de Física, y pudo sentir en sus manos, sus brazos, un poder que no había sentido antes. En ese momento renació.
“Caí en unas clases de teatro con José Luis Ibáñez y tuve una señal muy clara de que eso era lo que yo quería hacer, porque tuve una especie de renacimiento físico. Le hice caso a mi cuerpo”, contó mientras veía sus manos con los ojos, intentando revivir el momento en que descubrió que la actuación era por lo que quería vivir. 
Cuatro décadas más tarde, Daniel es conocido por ser uno de los artistas del teatro, cine y televisión más prolíficos de México, con trabajos que le han valido varios premios Ariel. Por tal motivo, el 37 FICG lo reconoce con el Mayahuel de plata a la trayectoria.
Las máscaras de Daniel
Tú te pones una máscara y te atreves a hacer cosas que no harías, eso en realidad es lo más esencial tuyo, que socialmente está condenado, reprimido por la educación. Pero con la máscara aparece un verdadero yo. Fui descubriendo que quizá uno de los motivos por los que quise ser actor era para dejar de ser yo, esconderme, ser otro, salir de mis problemas y realizarme siendo otro, pero luego el tiro me salió por la culata, porque en realidad aparece lo más esencial tuyo. Todos los personajes que he hecho son un compendio de quién soy yo realmente, aunque esté actuando.

Un libro en su honor

Guadalajara me recibe con Les juro que yo no soy así, este libro es impactante, estoy en shock de ver todo lo que Roberto Fiesco y la UdeG (a través del CUCosta) recopilaron de mí. El título es un diálogo de Sólo con tu pareja, de Carlos Cuarón, pero es chistoso que lo hayan escogido porque cuando conocí a quien ha sido mi esposa desde hace 30 años, nos reíamos de que ella había visto la película y nos acabábamos de conocer y le decía “te juro que yo no soy así”, por lo que es muy significativa.

El Mayahuel de Plata 

Este festival, que tiene 37 años haciéndose, para mí es muy importante porque no sucede en la Ciudad de México y tiene una exposición de otro tipo y se relaciona con un universo no centralizado. Para mí es importantísimo estar aquí. El premio lo recibo con cariño y agradecimiento, me reconocen a mí pero también al cine y la importancia social que tiene. 

Abrazar el error

Lo vivo con mucho reconocimiento, porque se aprende muchísimo de los fracasos y creo que lo importante es que, en todo, uno se lance completamente y después poder analizar. Pero si no te lanzaste, tampoco fracasaste bien; también para fracasar hay que tener talento, hay que fracasar bien. Hay que tomar riesgos, ir al fondo y decir “salió pésimo, pero intenté esto” y así aprender. Porque si te quedas a medio camino, haciendo “control de daños” no te permite crecer.
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