Dos cosas que podrían describir la personalidad de Ernesto Gabriel González Santiago es su gusto por desarrollar sistemas lúdicos y el enigma de los símbolos, que luego terminan por ser elementos representativos de su obra.
Él, es estudiante de la Preparatoria 7 y también escritor. Ha publicado de manera independiente dos libros que incluso se ha encargado de diseñar: Compendio de Falacias y Caleidoscopio Ignorante.
Su esencia se complementa como creador de juegos de mesa. Ha diseñado dos, que él mismo imprimió, armó y distribuye. Uno es un desafío de cartas en el que los participantes deben ingresar a una mansión abandonada donde se aparece una entidad. La misión es salir con vida del lugar. En el otro ambientado en una granja, los competidores deben cosechar y criar animales contra el tiempo. Quien haga más puntos gana.
Lo lúdico y lo creativo son características en la obra de Ernesto, quien ahora trabaja en su tercer libro: Norte, Sur, Corazón, proyecto beneficiado por el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales 2024, en la categoría Adolescentes Creadores Nuevos Talentos, de la Secretaría de Cultura de Jalisco.
Norte, Sur, Corazón será una suerte de mapa trazado por medio de poesía y cuentos que dibujará a la ciudad de Guadalajara como un organismo vivo y en el que el centro de la ciudad será el corazón latente.
“El tema de las ciudades siempre me ha encantado. El corazón de una urbe siempre es el centro. Yo quiero reflejar las diferentes zonas tanto en el norte, como en el sur, y cuando nos acerquemos al corazón no sólo exponerlo como metáfora, sino literalmente como que ahí hay una masa bombeando abajo, conectada por venas esparcidas por toda la ciudad. Reflejo a la urbe más como un ente vivo, casi orgánico, más allá que algo sólo conceptual”, algo, que agrega Ernesto, ha de ser como recorrer la metrópoli a ras del suelo carcomido por el mundo.
En este proyecto que está planeado finalizar en febrero de 2025, habrá pistas y enigmas ocultos, tal y como lo plasmó en su obra Caleidoscopio Ignorante. El texto que da nombre al título del libro es un poema y la mecánica para leerlo es uniendo las palabras de un solo color.
“La literatura para mí es difícil englobarla en algo, porque per se es las letras, pero a veces va más allá. A veces es contar una historia y muchas veces no tiene nada que ver con eso, sino con el concepto, con la idea, con los fondos. A mí me gusta intercalar diferentes sistemas y no dejarla solo encasillada muy por separado. Ahí entra mi propuesta de hibridación entre lo la prosa y la lírica junto con el juego”.
Ernesto es un lector de autores latinoamericanos como Julio Cortázar, Rosa Beltrán, Cecilia Eudave, Mariana Enríquez, entre otros, y se define como apasionado del juego de mesa de origen alemán, Catán, cuya dinámica es construir pueblos, ciudades y caminos sobre un tablero que es distinto cada vez, mientras se van acumulando varios tipos de cartas.
A sus 17 años afirma que lo editorial, el arte y el diseño son enfoques que lo inspiran, apasionan y podría ser a lo que se dedique profesionalmente, pero ahora es difícil saberlo.