He leído la mayor parte de las novelas de Jack Reacher. En realidad son del escritor británico afincado en Estados Unidos Lee Child, pero el magneto, el gancho, es Reacher.

Yo soy el primer sorprendido. No comulgo con el sistema militar ni con el belicismo norteamericano, que propone una perspectiva maniquea del mundo. Y, sin embargo, devoro las novelas de Reacher; la última ha sido Sin fallos (traducida en México como Trampa mortal y publicada en 2017).

El protagonista es un expolicía militar de gran tamaño, musculoso por naturaleza, brutal y eficiente. Es casi una máquina de resolver problemas, si bien la delicadeza no es su fuerte. Su lema es «Espera lo mejor, prepárate para lo peor”. Reacher vive cruzando Estados Unidos, sin rumbo fijo, sin otra cosa que una identificación, algo de dinero y un cepillo de dientes. Cuando la ropa que lleva está muy sucia o maltratada, o cambia el clima, compra una muda nueva en cualquier sitio y tira la vieja a la basura. Nunca mejor dicho, el protagonista de la mayor parte de las novelas de Child viaja ligero de equipaje.

Todas las narraciones las identifico como novelas criminales, en ocasiones salpicadas por temas de espionaje, política o historia. Y todas funcionan como un tren bala, sin paradas y con un objetivo claro: justicia, venganza, ajuste de cuentas…

Las películas de 2012 y 2016, protagonizadas por Tom Cruise (quien no tiene el físico del Reacher de las novelas, pero sí su desparpajo), funcionan del mismo modo: todo es simple, los malos son malos y los buenos… o mejor el bueno, quien lo resuelve todo, es Reacher. El año pasado, 2022, la plataforma Prime Video estrenó una serie del personaje, ahora interpretado por el colosal (por su tamaño) Alan Fitchson; el esquema es idéntico, incluyendo el atractivo irresistible de Reacher.

Me pregunto de nuevo por qué las leo con entusiasmo, y por qué las comento en este escrito. He tratado de responder de varias maneras:

1. Porque me fascina su simpleza artificial, similar a la que proponen Conan Doyle (y su Sherlock Holmes), Agatha Christie (creadora de Hercules Poirot) o Ian Gibson (y su agente James Bond, 007).
2. Porque es predecible, pero entretiene con peripecias y giros emocionantes.
3. Porque es ficción no realista, y disfruto de la fábula con sus violencias literarias y sus soluciones fáciles, a diferencia de la realidad.
4. Porque Reacher es un personaje plano y confiable. Siempre sabremos qué va a hacer, qué va a decidir. Tenemos claro que va a golpear, primero y más fuerte, sin dudar, en cualquiera de sus novelas, o películas, o temporadas de serie televisiva.

Las narraciones de Child son confiables. El mundo es complejo y caótico. A veces necesito una lectura, para darme un respiro. Y a veces ese descanso tiene nombre: lo conocen como Reacher.

rodrigo.pardo@umich.mx

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