Los salones del último piso del Museo de Arqueología de Occidente (MAO) se llenaron de piezas únicas de arte. Retratos de personas, de la ciudad y de paisajes, pinturas surrealistas y esculturas en barro y metal. Lo mismo que se podría ver en cualquier exposición de las galerías o museos de la ciudad. ¿El único pecado de los autores de las piezas? No tener renombre.
El primer Festival Cultural Universitario Jalisco (FCU) tiene por objetivo acoger a todos los artistas universitarios de la ciudad que, al salir de carreras de naturaleza creativa, se encuentran con un panorama laboral en el que no tener experiencia, al igual que un graduado de cualquier carrera, es un impedimento, sumado a un campo de acción subjetivo y selecto.
El encuentro de universidades, verificado del 12 al 15 de febrero en el MAO y en la explanada que se encuentra frente al mismo, incluyó disciplinas como danza, fotografía, cine, teatro, escultura, literatura, música, pintura, presentaciones de libros, mesas de diálogos y conferencias de temas relacionados con la filosofía y con nuevas formas de encarar el mercado laboral después de la graduación.
La idea del festival, que promete repetirse año con año, surge de Néstor Mora, Alejandro Fernández y Jorge “el Pasote” Machado, estudiantes y graduados del Centro Universitario de Artes, Arquitectura y Diseño (CUAAD), de la Universidad de Guadalajara, por la necesidad de abrir espacios para los jóvenes emergentes, que por falta de trayectoria en el mercado artístico se encuentran con las puertas cerradas. Los nuevos artistas recibieron apoyo para la organización del evento por parte de la Secretaría de Cultura, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Tec Milenio.
Mora, uno de los organizadores, comenta: “Dentro de este proyecto vemos que festivales así no existen. Es el primer festival que junta a universidades sin lucro, sin políticas, sin rivalidades. Es simplemente juntarnos por amor al arte”.
De las 20 casas de estudios existentes en Jalisco, 15 participaron en el festival. Algunas de éstas fueron la Universidad de Guadalajara, Tec Milenio, Universidad Autónoma de Guadalajara, Guadalajara Lamar, Universidad Cuauhtémoc, Univer, Universidad Internacional, Universidad Siglo XXI, Universidad Panamericana, entre otros centros educativos.
La selección de las obras se ajustó a requisitos como que los artistas sean estudiantes vigentes de las universidades participantes o graduados de las mismas, con menos de dos años en el mercado laboral, quienes aún necesitan ayuda para la difusión de su labor.
Alejandro Fernández Ramírez, graduado desde hace un año y medio de la licenciatura en Artes escénicas para la expresión teatral, por la UdeG, y productor de obras de teatro para el CUAAD, explica: “El problema es que nos enseñan la parte teórica de cómo armar un proyecto, pero no la parte de mercadotecnia, de cómo enfrentarte, por ejemplo, a un posible patrocinador. Todo lo vas aprendiendo a prueba y error en la práctica”.
También Néstor Mora cuenta que, a meses de terminar su licenciatura en Artes plásticas, ha tenido la experiencia de presentarse en bares y cafés situados en Chapultepec y alrededores y en la colonia Chapalita, en donde le piden un currículo con exposiciones anteriores. “Yo no considero que sea un trabajo malo el que hago, ni mis compañeros, pero llegas, presentas un proyecto bien hecho y por no tener trayectoria que te respalde, no te abren el espacio”.
De los 400 trabajos presentados en convocatoria desde diciembre, fue hecha una selección de 200 obras visuales, entre pintura, fotografía y escultura y 70 presentaciones de teatro, danza y conferencias. En total son 300 artistas emergentes los que participaron en la exhibición final.
El festival tiene como objetivo crecer en la edición anual, que planean presentar cada marzo. Para el próximo año esperan que las universidades que aún no se han unido al proyecto, lo hagan. Uno de los proyectos es invitar a universidades de otros estados “y por qué no, que también haya países invitados”, dice Mora.
Cerca de las seis de la tarde los alumnos de la Prepa 1 cruzan la calle y se acercan a chismorrear, a ver qué ofrece el escenario montado con luces y sonido profesional y los contenidos de la feria de diseño textil independiente instalada a un lado. Por curiosidad o por real interés en el arte, el festival funciona y, como uno de los organizadores afirma, esto lo hacen “por entregarle algo de cultura a la sociedad”.