De regular a muy mala es la calidad del aire dentro de la mancha urbana del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), afirmó Hermes Ulises Ramírez Sánchez, investigador del Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM).
Destacó que durante este año ha habido registros en la mancha urbana del AMG de más de 150 puntos IMECAS (Índice Metropolitano de la Calidad del Aire) e incluso se han detectado valores por encima de los doscientos IMECAS.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a nivel federal, un valor menor de cien puntos IMECA se considera satisfactorio y de bajo riesgo para la salud. Cualquier nivel superior de cien implica algún riesgo para la salud. Entre más grande es el valor del índice, mayor es la contaminación y el riesgo.
Los IMECAS es un indicador para cinco contaminantes: dióxido de azufre, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, ozono y partículas suspendidas
“Estamos en las mismas condiciones en contaminación del aire en comparación a hace diez años por falta de política pública para hacer frente al problema».
Ni las políticas públicas, ni la cultura prevaleciente ayudan
Destacó que la cantidad de automotores en la ciudad es uno de los factores que favorecen la contaminación, y no ayuda el que haya gente que prefiera tener un automóvil aunque esté viejo antes de subirse a un transporte público que no es seguro, ni eficiente, ni respeta los tiempos y no es de buena calidad.
“Si tuviéramos un transporte público de calidad, que diera buen servicio, a un costo accesible, muchas de las personas que tienen automóvil preferirían moverse en el transporte público”.
A lo anterior hay que agregar la gasolina de mala calidad, que es una de las causas de que sea generada gran cantidad de contaminantes.
“En Guadalajara creemos que no somos capaces y no merecemos un transporte público, como el sistema de metros, similar al de muchas ciudades de la misma dimensión que la nuestra. Si en la mancha urbana del AMG se hubieran introducido, después de que se hiciera la línea uno del tren ligero, una línea de metro por sexenio, tendríamos seis o siete para satisfacer prácticamente la mayoría de la demanda de transporte de las personas”.
El esfuerzo para disminuir la contaminación implica que sumen fuerzas tanto el gobierno como la iniciativa privada, las escuelas, las universidades y la sociedad civil en general.
“Esperar a que el problema lo resuelva solo el gobierno, es prácticamente imposible”.
Aclaró que en el problema de la contaminación convergen diversos factores, como los culturales, ya que en esta sociedad se piensa que tener automóvil es sinónimo de status.
“Así sea el auto más deteriorado, hay quienes piensan que proyectan mejor imagen que si usaran solo camión. Lo que está mal entendido. En sociedades como la neoyorkina, hay personas que trabajan en casas de bolsa, que tienen dinero y acceso a un automóvil, pero prefieren usar el metro por ser más rápido y porque representa para ellos menor estrés, situación similar se presenta en algunas ciudades alemanas, en donde personas con altos puestos sólo usan su carro para salir de paseo con la familia”.
Las inadecuadas costumbres como estacionarse en doble fila con el auto prendido mientras los hijos bajan o poner topes en la calle sin estar autorizados por las autoridades correspondientes, todo eso provoca que se genere mayor contaminación.
“Un auto que está parado, pero a la vez encendido, o un carro que está frenando constantemente, consume mayor cantidad de combustible, y por lo tanto, emite una mayor cantidad de contaminantes”.
Un aspecto que no ayuda para nada es que los horarios de entrada y salida sean los mismos para muchos estudiantes y trabajadores. “Por eso tenemos grandes congestionamientos entre las 7:00 y 9:00 de la mañana, entre las 14:00 y 16:00, y 18:00 a 21:00 horas. Si hubiera horarios escalonados, sería mucho más fluido el tráfico en la ciudad, y la contaminación sería mucho menor a la que tenemos”.
Insuficiente la red de monitoreo
El académico destacó que la red automática de monitoreo para medir la calidad del aire en la mancha urbana del AMG no ha tenido las renovaciones suficientes, además de que se le ha dado poco mantenimiento.
Destacó que actualmente son diez estaciones las que forman parte de esta red automática, pero es escasa o limitada para las dimensiones de la mancha urbana del AMG. Serían necesarias otras cinco o seis más como mínimo.
Agregó que, desafortunadamente, el único ente que puede validar la información que entrega la red de monitoreo es el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), siendo que debería haber una entidad fuera del gobierno que se encargara de verificar si es correcto o no lo que reporta la red. “No lo sabemos, solamente confiamos en lo que reporta”.
Detalló que el INECC valida, supuestamente, pero sólo puede hacerlo una vez al año para ver si funciona bien o no: “pero, ¿qué pasa durante el resto del año, si dejó de funcionar o si no tuvo mantenimiento? A la mejor lo que está reportando no es lo que en realidad tenemos de contaminación”.
Un problema que afecta a toda la ciudad
El académico destacó que la mancha urbana del AMG sufre un problema de contaminación atmosférica importante debido a factores como crecimiento de la ciudad, el incremento de la industria, los comercios, pero sobre todo el parque vehicular.
Destacó que toda el área metropolitana sufre contaminación, pero las zonas donde más se dirigen y acumulan los contaminantes están al sureste de la ciudad, rumbo a Tlaquepaque, Tonalá, Las Pintas, Santa Fe y Miravalle por cuestiones orográficas y de viento.
Explicó que la mancha urbana está ubicada en un valle semicerrado, es como una olla y alrededor hay montañas.
Antes del temporal de lluvia, desde noviembre a mayo y en ocasiones hasta principios de junio, se empiezan a presentar inversiones térmicas, que son fenómenos naturales que ocurren en la atmósfera cuando la temperatura del aire, en vez de descender a mayor altura como es normal, incrementa cada vez más. Esto ocasiona que la densidad del aire dentro de la capa de inversión aumente con la altura, limitando las corrientes ascendentes que se producen en la atmósfera.
Entonces queda atrapado el aire caliente, como en un sándwich, entre dos capas de aire frío, y no puede fluir hacia arriba. “Es como si yo le pusiera una tapadera a esa olla, que sería la cuenca del Valle de Atemajac, y todos los contaminantes que son generados no pueden escapar a la parte alta de la atmósfera y se empiezan a acumular, y es cuando hay altas concentraciones de contaminantes.”
Explicó que las contingencias y precontingencias ocurren ante la falta de movimiento vertical y horizontal del viento.
Cuando empieza a llover, mucho del material contaminante se adjunta a las gotas de agua y precipita. Si continúa lloviendo, eso permite que el aire esté menos contaminado, en comparación a la época seca.
Enfermedades ligadas a la contaminación
Los problemas de contaminación pueden agudizar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, que tienen origen múltiple, además hay un aumento en las enfermedades de los ojos, como conjuntivitis; irritación en la piel y dificultades para respirar en muchas personas. Las molestias pueden oscilar desde leves hasta graves.
Hay gente que relaciona muertes con la contaminación que hay en las áreas que más sufren este problema. Para confirmar esta aseveración habría que hacer estudios para poder sustentarlo con base científica.
El investigadora mencionó que en la página http://iam.cucei.udg.mx/calidad-del-aire el IAM tiene un sistema de alerta en donde con tres días de anticipación la gente puede saber las probabilidades sobre la mala o buena calidad del aire.