Inició la edición 34 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) con el objetivo de que sus actividades virtuales no sólo alcancen a un mayor público, sino que represente el inicio de una nueva era en la apropiación tecnológica de las ferias literarias y un espacio para honrar a las víctimas del COVID-19.
La mañana de este sábado, desde el auditorio del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), autoridades universitarias y de gobierno inauguraron el encuentro literario, que se transmitió por Canal 44 y redes sociales.
El Presidente de la FIL, Raúl Padilla López, se dijo alegre de llevarla a cabo, pero al ser un año tan fatídico, debido a la pandemia, nacen sentimientos encontrados.
“Dedicamos esta FIL a la memoria de todos los fallecidos. El puente que nos une con ellos —como sugirió Thornton Wilder en su novela El puente de San Luis Rey— es indestructible porque está hecho de amor, un material más perdurable que la memoria”, manifestó.
Ante la crisis que también alcanzó a la industria editorial, dijo que la FIL continúa con la labor de acercar a los agentes involucrados.
“Hemos creado FIL Negocios, plataforma que albergará actividades de más de 5 mil profesionales del libro, quienes sostendrán más de 2 mil 400 reuniones desde sus 53 países de origen. A través de Diálogos de la Industria, agentes de las cadenas del libro debatirán sobre temas de actualidad”, informó Padilla López.
Refirió que este encuentro, en un ambiente virtual, ha requerido mucho trabajo y aprendizaje, que derivó en un programa diverso y de gran calidad que hará disfrutar la feria.
“Se van a sorprender de todo lo que hemos preparado para esta ocasión. A través de nuestro sitio web se abrirán eventos en directo, catálogos y un mercado de libros con posibilidad de seguirlos en las redes, Canal 44, Radio UdeG, Canal 22 y otros canales públicos nacionales y latinoamericanos”, subrayó.
Destacó la presencia de grandes personalidades, las secciones de FIL Pensamiento, La FIL También es Ciencia, FIL Jóvenes y FIL Niños; los encuentros internacionales de Cuentistas, de Periodistas y de Lenguas Indígenas de América, homenajes, los espectáculos escénicos y más.
“La FIL que inauguramos es, en esencia, nuestro evento de cada año, pero ahora enriquecido con las tecnologías digitales. Esta edición es un ensayo del futuro, pues nos prepara para un mundo que, en buena medida, ya funciona más virtual, digital y comunicado; es la feria en evolución”, recalcó.
Padilla López dijo que “La FIL se ha consolidado, a pesar de muchas cosas, pero nunca en contra de personas o instituciones”, pese a la incredulidad de quienes dudaron de su éxito y de quienes imponen cuáles discursos importan y cuáles no.
“Los libros son, en esencia, vehículos de la libertad y enemigo de cualquier tipo de fundamentalismo”, reiteró.
El Rector General de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, externó que “esta feria nos permite entregar los honores al personal de salud” que durante esta pandemia han trabajado incansablemente por la salud de la sociedad.
Recordó que, desde el 13 de marzo, hace 260 días, se inició un proceso acelerado para cambiar las dinámicas y llevarlas a lo virtual, por lo que “esta FIL es histórica; es la primera que viviremos en un formato híbrido marcado por la tecnología”.
“En esta nueva era mostraremos un espíritu resiliente —añadió Villanueva Lomelí—, aspiremos a no ser igual que antes, sí los mismos, pero diferentes. Qué gran oportunidad de recuperar ser cercanos, abiertos, sensibles, empáticos; qué gran oportunidad para ser mejores”.
Villanueva Lomelí dijo que en 2019 hubo 830 mil asistentes a la feria, por lo que este año se puede llegar a ese mismo número de forma virtual.
“El reto es que para el próximo año puedan venir y podamos ir, y entonces duplicamos para que tengamos una feria de un millón 600 mil asistentes, porque la FIL no tiene que volver a ser igual, si recuperamos la presencialidad y mantenemos la virtualidad, la FIL será más amplia, asombrosa, profunda, sorprendente y más conectada”, refirió.
Quien dio inicio a las actividades de la FIL 34 fue el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, quien destacó que es obligatorio cuidar a la industria editorial y el ecosistema que se desarrolla alrededor del libro.
“El libro es un hogar, nos hace sentir, vibrar y reflexionar, y nos recuerda que no somos poseedores de verdades irrefutables; por eso nos sentimos orgullosos de ser sede de este encuentro internacional”, expresó.
Galardón de las lenguas romances, para la transfigurada Lídia Jorge
El retrato de los seres humanos que se enfrentan a grandes acontecimientos y actúan por sobreponerse a éstos, es lo que hace la escritora portuguesa Lídia Jorge mediante sus letras.
Durante la ceremonia inaugural de la feria más importante de habla hispana se le homenajeó a la originaria de Boliqueime, por ser la merecedora del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2020.
“La literatura es una carta que enviamos a la lejanía: lejos en el tiempo, lejos en el espacio. A veces, la literatura llega a su destino; a veces, recibimos noticias de regreso”, declaró.
“Cuando en Europa se aproximaba el final del verano, la dirección de la FIL acostumbra anunciar en cuál de las ocho lenguas romances encontró un imaginario literario digno de ser premiado. Este año, por cuarta ocasión en 30 años, se eligió a la lengua portuguesa. Y en el destinatario de esta carta, estaba escrito mi nombre”, contó Lídia Jorge.
Mediante un video, la escritora portuguesa manifestó su agradecimiento por el reconocimiento que le otorgaron y contó sobre cómo de niña ella conoció al gran Homero, que en el pueblo donde ella nació él era una mujer mayor y se llamaba María Encarnación.
“Cantaba con una voz débil, con un vibrato muy fino y prolongado. A pesar de nunca haber tenido un libro, ella cantaba romances antiquísimos aprendidos de memoria en su infancia”.
“Tiempo después logré identificar en su narrativa, sin intervalos ni pausas, algunos romances tradicionales como el de La nau Catrineta, La bella infanta o La visita de la Novia Difunta. Y nosotros, los niños, quedábamos cautivados por aquellas historias cantadas que hablaban de amor, de combates armados, de aventuras prodigiosas acerca de marineros sobre las olas”, relató Jorge.
“Cuando nos cansábamos de su canción interminable, íbamos a correr por el campo, volando unos centímetros por encima del suelo. Sin saber por qué, luego de esos encuentros nos sentíamos más ligeros. Aquella mujer nos salvaba de la soledad de los campos”.
La muerte de esa mujer, que era una Homero involuntaria, fracturó una cadena de siglos de historias, explicó. “María Encarnación fue un ser atravesado por el fulgor poético, aunque no tuvo la felicidad de conocer la maravilla que son los libros”, confesó.
“Tengo la certeza de que esa experiencia me enseñó lo esencial sobre la capacidad de transfiguración que rige a la especie humana. Y pienso en ella, y en el misterio del tiempo que determina la vida de cada uno, y en la manera en que nos sujeta a las circunstancias del transcurso de las fechas y de la Historia”, aseguró Lídia Jorge.
Anna Caballé, secretaria del Premio FIL, dio a conocer el acta de resultados donde el jurado expresó que la escritora posee la altura literaria, ya que su obra novelística es además poética, ensayística y teatral.
“Ella consiguió el respeto unánime de la crítica con su estremecedora novela La costa de los murmullos, de 1988, escrita a raíz de su estancia en Angola y Mozambique en pleno proceso de descolonización”, leyó la resolución.
Destacó que en Estuario, de 2018, Lídia Jorge aborda la ruina de una familia lisboeta adinerada, “en la que refleja la permanente inquietud por el estado del mundo y la extrema vulnerabilidad de la especie humana, razones que ha fundamentado al jurado otorgar el 30º Premio FIL de Literatura en Lengua Romances”.