Filetes clonados no por el momento

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El ganado clonado no representa, por lo pronto, una amenaza para los productores locales. Podría haber problemas de competitividad en el futuro, si los ganaderos no se ponen las pilas y aplican los adelantos tecnológicos logrados en el campo de la genética.
México debe poner orden en el campo y propiciar su organización, afirmó Juan Jesús Roa Vidal, doctor en ciencias pecuarias, en el área de la biotecnología reproductiva y profesor investigador del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), quien trabaja en la clonación de ganado bovino.
El académico indicó la necesidad de un acercamiento entre productores y universidades. “Las diferentes cadenas productivas tienen que expresar sus necesidades a las instituciones públicas, vía una agrupación. Deben hacer compromisos. La Universidad no puede ir a servirles el plato tecnológico a ellos. Tiene que haber coinversión, corresponsabilidad o bien quedarse a esperar las tecnologías de fuera y pagar las grandes sumas económicas por proceso de patente. De ellos depende, en parte, si México sigue como un país maquilador”.
Indicó que “no vamos a encontrar en los supermercados carne de animales clonados: no la hay. Para que una compañía de Estados Unidos pueda exportarla, pasarán por lo menos cinco años”.
Aclaró que sería de animales hijos de padres clonados, la carne que pudiera comercializarse en México en las primeras importaciones de la Unión Americana. “Como sabemos, este país experimenta primero en poblaciones fuera de sus fronteras y luego, con resultados satisfactorios, en su población”.
Es poco viable que un mexicano coma carne de un animal transgénico, que llega a valer un millón de dólares y es de interés para la industria farmacéutica y nutricéutica.

Transgénicos y clonados
Dijo que el transgénico puede tener genes de su propia especie, de otras especies y de otros reinos. Por ejemplo, genes de hongos integrados al genoma de un mamífero.
El especialista explicó que la clonación abre la posibilidad de hacer copias idénticas de animales con alto valor comercial. Por ejemplo, la obtención de mayor cantidad de carne o leche de un bovino.
Las declaraciones del académico surgieron a raíz de la nota publicada en The Wall Street Journal sobre la disposición de Estados Unidos para aprobar en febrero próximo el consumo de carne y leche de animales clonados y ante el cuestionamiento de las implicaciones que podría traer esto para México.
“Económicamente no es rentable producir animales clonados de manera intensiva. Hay muchos problemas todavía para hacerlo. El grado de eficiencia es del 10 por ciento. Otros grupos presentan hasta 16 y 18 por ciento. Es decir, el resto de los embriones que se producen por clonación, por transferencia nuclear de células somáticas, perecen. Esos embriones no terminan su formación sencillamente y se reabsorben como tales o no se implantan en el endometrio.”
De cada cien embriones, 50 se logran implantar. En el primer tercio de gestación, en el caso de los bovinos, es alta la incidencia de reabsorción de embriones. La placenta no se forma correctamente, hay hipertrofia cardiaca, inmunosupresión y fallas de órganos involucrados en el desarrollo fetal. De los que nacen hay algunos organismos saludables, pero otros no.
“Estos organismos mueren en los primeros 15 días de vida. Otro pequeño grupo presenta problemas en el sistema inmune. No puede adaptarse con la misma facilidad que un organismo natural”.
El investigador habló, además, sobre la salud relacionada con el consumo de carne y leche de bovinos clonados.

La salud de los humanos
“La carne de un animal clonado no tiene repercusión alguna sobre la salud de los humanos. Podemos perfectamente comer un bistec o un corte de un animal clonado y no hay ningún problema de salud. Esto quiere decir que hay igualdad, desde esta perspectiva, entre un animal que no está clonado y el reproducido por procesos naturales”, enfatizó el doctor.
Explicó que al consumir la carne o leche no hay ningún problema, ya que el estómago desdobla todos los alimentos, hasta llegar al aminoácido. Además, estudios realizados en Europa y Estados Unidos indican que las estructuras del músculo de animales clonados, el tipo de células que conforman su musculatura, la calidad de su proteína o su balance de aminoácidos, no fueron diferentes a la de organismos naturales. Sin embargo, el investigador señala que deben de etiquetarse los alimentos de origen clonado, para que el consumidor esté enterado.
Aseveró que en Europa, investigadores evalúan a los hijos y nietos de animales clonados, para detectar un cambio o posible mutación oculta y que pudiera expresarse en siguientes generaciones.
Indicó que la alerta debe centrarse sobre los productos cárnicos de origen transgénico.
“Para hacer un transgénico, en los años ochenta se utilizaron virus para poder introducir informaciones genéticas de otras especies y otros reinos. No puedo decir que estos virus no despierten en el organismo humano, aunque sean virus alterados. La vida da muchas vueltas”.
Aclaró que los organismos transgénicos vía clonación son los menos riesgosos para la salud humana. Para concretizar este método “se toma una célula, se le integra DNA, sin necesidad de usar virus. No creo que la carne de animales transgénicos llegue al mercado pronto, pero en un futuro no lo descarto”.

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