Fotografías: Mariana Hernández León | Colegio de Jalisco

El mismo lugar donde María José Parra Navarro fue amenazada, insultada y golpeada por el hombre que fue su pareja, es también donde ella vive. Aún con el dolor que le significó, ella encontró una vía para convertirlo en una experiencia de autorreconocimiento, aprendizaje y resiliencia para que más personas logren evitar lo que vivió.

María José es la protagonista de la exposición fotográfica Floreciendo, de la fotoperiodista Mariana Hernández León, egresada de la licenciatura en Artes Visuales para la Expresión Fotográfica del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).

La muestra se exhibe hasta el 27 de septiembre en el auditorio Tenamaxtli del Colegio de Jalisco (calle 5 de Mayo 321, Centro de Zapopan).

“Mi objetivo con Marijó era que ella resignificara los espacios donde fue agredida, porque sigue viviendo ahí; fue su casa, no tiene otro lugar donde vivir. Aunque el agresor ya no esté en el lugar donde ocurrieron las agresiones, las heridas quedan. Fue la intención principal y, según Marijó, eso se logró”, dijo Hernández León.

En Floreciendo se muestra a María José Parra Navarro con flores, en situaciones reivindicadoras, con el objetivo de hacer justicia propia para el cuerpo y la mente. “En un ambiente hostil, una flor siempre da alegría”, aseguró ella.

Floreciendo incluye 20 piezas que entrelazan fotografías y obras intervenidas con textil bordado, con la participación de la artista Melissa Liera León.

A decir de Hernández León, el arte puede ser una herramienta de sanación y empoderamiento frente a las situaciones difíciles de cualquier persona, y que al conocer el caso de María José, quien es integrante de las comisiones de búsqueda de personas desaparecidas en Jalisco, logró una comunión que encontró salida en la muestra.

“El montaje simula un corcho de detective, porque el tema es la violencia y desaparición forzada. Son temas que no siempre se hacen de la forma que se debe hacer. Son temas nuevos, la desaparición no existía, fue hasta 2010 por la guerra contra el narco”, detalló.

En el caso de la protagonista, las imágenes aluden al florecimiento de una persona luego de librarse de un victimario, pero también el autoconocimiento “del cuerpo como un territorio de resistencia”.

Luego de las violencias que María José vivió, su pareja desapareció, por lo que ella decidió buscarlo y sumarse a los colectivos de búsqueda. En una pieza de video que forma parte de la muestra, cuyo editor fue el cineasta Pablo Cervantes, María José explica que se apenaba de decir que la persona que estaba buscando la lastimaba.

“Él me insultaba, me engañaba. Ahora lo que me impulsa es acompañar a mis compañeras. En la búsqueda he encontrado a personas increíbles, les ayudo en la investigación de las fosas”, contó.

“Agradezco desde el alma que Mariana lo haya hecho posible y que mi historia tenga algún impacto para ayudar, y que  tenga un significado importante en otras personas. Aunque sientas que el mundo se resquebraja siempre hay alguien que te puede ayudar”, compartió la joven buscadora de personas desaparecidas.

La fotoperiodista expresó que el trabajo con Marijó no se limitó a las sesiones fotográficas, sino que detrás hay entrevistas, muchas visitas y la creación de una red de apoyo emocional que ha trascendido en las vidas de ambas.

“Ella decidió ayudar a las madres en sus búsquedas. La violencia desgraciadamente a todos nos pega, y ésta es sólo una de tantas historias que tenemos en nuestro país”, indicó la fotoperiodista egresada del CUAAD.

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