Rubem Fonseca es considerado uno de los mayores escritores vivos de Brasil y uno de los grandes narradores de la literatura latinoamericana actual.
La obra de Fonseca está poblada por personajes extraídos de la realidad más sórdida, aunque tratados con compasión y humor. Sus cuentos y novelas permiten interpretaciones en diferentes registros, que pueden ser disfrutados por lectores de múltiples tipos de experiencias.
Fonseca nació el 11 de mayo de 1925 en Juiz de Fora, Estado de Minas Gerais, dentro de una familia de inmigrantes portugueses. El escritor se graduó en Río de Janeiro como abogado en 1948; y a los 27 años empezó a trabajar como comisario de policía.
Su primer libro de cuentos, Los Prisioneros, fue publicado en Brasil en 1963, dos años antes de que alcanzara éxito del público y la crítica con A coleira do cao 1965, Lucia McCartney 1965 y El caso Morel (1967, su primera novela). En 1975, su libro de cuentos Feliz Año Nuevo fue prohibido por la dictadura militar, que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.
Rubem Fonseca es considerado un narrador de lo siniestro. En su obra, la corrupción, los bajos instintos, el erotismo y la falta de perspectiva de los personajes da pie a un mundo caótico y violento, donde morir y vivir son lo mismo.
El ensayista y escritor francés Edmond Cros se ha referido a la narrativa de Fonseca como “un modo de contar que aprovecha y reelabora formas provenientes de la literatura popular, como la novela negra, pero también las de la novela política, la social, la existencial y la erótica.”
Fonseca es el novelista de la descomposición social. Cada libro es un golpe, una llamada y una advertencia. En Fonseca abundan las mujeres muertas, golpeadas o amenazadas. Sus asesinos son profesionales, a quienes el destino ha llevado a desempeñar un oficio indeseable pero necesario. Son gente seria, callada y cumplidora. No se complican la vida con moralidades o asuntos religiosos. Ellos han venido al mundo a matar y quieren hacerlo bien. Ejecutan órdenes, siempre de la gente decente; cobran y se retiran a vivir la vida.
Elmer Mendoza, escritor mexicano, ha valorado a la obra de Rubem Fonseca como “una respuesta a la violencia descarnada, que ciega a la sociedad de este tiempo.”
En América Latina, después del boom y su estética de la nostalgia y del realismo mágico, la literatura de violencia ha sentado sus reales. De México a Argentina, los autores trabajan sobre las manifestaciones más absurdas de los seres humanos: aquellas en que corre la sangre. Indudablemente, Rubem Fonseca es uno de los grandes maestros.
La nueva consentida
Seductoramente pequeñas, las chicas de Rubem Fonseca apenas dejan entrever sus deseos de matar al marido, tomar café, que la salve Jesucristo o de follar con su ex marido.
Son historias breves, contundentes, en las que el escritor brasileño fomenta con fervor su obsesión femenina. En los cuentos de su último libro, Ella y otras mujeres, su estilo se reconoce en las voces de libido, amor y ¿ternura?
La FIL se ha convertido en una más de sus consentidas. Vuelve a la feria otra vez. Su estilo desenfadado, irónico y locuaz ha generado ya una comunidad de fans.