Revisan el ejercicio profesional del trabajo social

Profesionales coincidieron en que esta labor debe deslindarse de esa percepción de que es una profesión que sólo funge como una evolución de la caridad o el altruismo

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Aunque hay la percepción de que la labor de las y los trabajadores sociales se limita a tareas operacionales, éstos se mantienen en constante actualización para romper los paradigmas de la profesión y ofrecer un mayor beneficio a la sociedad.

En esto coincidieron miembros de la Red de Investigación Académica sobre Trabajo Social: Formación y Ejercicio Profesional, en un encuentro en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola, en el que analizaron distintos puntos de vista sobre la formación y contexto de estos profesionales.

“Es romper esos imaginarios que están presentes tanto en la sociedad, e incluso en nuestra propia comunidad académica”, declaró Elisa Cerros Rodríguez, investigadora del Departamento de Trabajo Social, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).

“A veces se tiene una visión muy tradicional o asistencialista del trabajo social, cuando en realidad es una visión mucho más amplia”.

Cerros Rodríguez mencionó que la red está integrada por profesionales de la Universidad de Guadalajara y de instituciones como la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, la UNAM, entre otras.

“La línea principal de investigación es, precisamente, la disciplina del trabajo social en sus dos vertientes: la formación académica y el ejercicio profesional. Hacemos investigaciones relacionadas con el objetivo también de incidir en la currícula y en formar mejores profesionales del trabajo social”, señaló.

Mencionó que en el imaginario colectivo aún se percibe que el trabajador o trabajadora social sólo ejecuta o impulsa los beneficios a sectores vulnerados. Sin embargo, consideró que también se encargan de promover otras acciones de desarrollo social.

Destacó que los conocimientos que se abordaron en este encuentro serán plasmados en el libro Desafíos contemporáneos en la formación del ejercicio profesional del trabajo social, que se presentará el sábado 29 de junio, a las 11:00 horas, en el auditorio José Cornejo Franco.

“Hay capítulos que tienen que ver con la formación y el ejercicio profesional. Por ejemplo, hablamos de la colegiación, el trabajo social, la importancia de ser un gremio organizado que haga un frente común para posicionarnos de una mejor manera e incidir con mayor impacto en la sociedad y nuestros contextos”, compartió.

Una actualización necesaria

Para que exista un crecimiento y actualización entre las y los profesionales del trabajo social es necesario realizar un análisis de sus funciones y replantear la manera en la que adquieren sus conocimientos, con una perspectiva que se adapte a los contextos actuales.

Sandra Mancinas, profesora investigadora de la UANL, mencionó que desde una perspectiva histórico-crítica esta labor debe deslindarse de esa percepción de que es una profesión que sólo funge como una evolución de la caridad o la ayuda.

“Es una propuesta de investigación e intervención de trabajo social que delimita cuáles son los elementos que un trabajador social requiere para analizar la realidad y los problemas sociales de los sujetos con los que realiza intervención social”, dijo.

Es necesario dejar de lado la idea de que las y los trabajadores sociales realizan sus funciones con una visión religiosa, moral o de altruismo, y empezar a dimensionar estas labores como una función política en un contexto actual, dijo.

“Es un sujeto profesional, cuya misión es la viabilidad de los derechos de aquellas personas que por la misma conformación de las sociedades capitalistas se quedan al margen de la distribución de la riqueza”.

Mirthala Támez, investigadora de la UANL, consideró que debe de replantearse esta formación desde una perspectiva decolonialista y discutir las intervenciones sociales de acuerdo con cada contexto.

“Lo que se busca es develar esas prácticas colonizadoras que están insertas en todos los campos y que no se den esas jerarquías marcadas, esa división entre un Norte que sabe que está legitimado, y un Sur que suele invisibilizarse, e incluso anularse”, aseveró.

Dijo que las y los profesionales de esta área deben de alejarse de ese posicionamiento colonial para evitar simplificar la realidad o segmentar las áreas limitando su campo de intervención.

“Nos parece muy importante que este pensamiento decolonial se incorpore en la formación profesional y que los estudiantes y los profesionales tengan muy claro esa posibilidad de ubicarse desde otro lado”, precisó.

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